“Pánfilo se fue del aire, no lo vas a ver más”, me dijeron dos días antes de que el humorístico televisivo de mayor teleaudiencia en Cuba apareciera en nuestras pantallas con una entrega inusual.
Como para remachar, el programa se presentaba con uno de los temas más álgidos en cualquier sociedad: la crítica (en el arte), por lo que, tratándose de un país cercado política y económicamente, y sumergido en su peor momento de enfrentamiento a la COVID-19, dudo que muchos lo esperaran.
Resulta, pienso, de permanente utilidad el mensaje claro, directo y bien estructurado del guion de Jaime Fort, que apoyan exitosamente los artistas, incluido Rubén Darío Salazar, actor, titiritero y director de Teatro de Las Estaciones, de Matanzas, quien ha merecido el Premio Nacional de Teatro y se las ingenia para resultar tan creíble como gracioso.
Lo que arranca con una crítica al reunionismo, ese mal al que tanta condena se le ha proclamado, pero que perdura con fuerza en Cuba, pronto se convierte en un show, a partir de la encomienda de Leopoldino, representante del barrio, para que los vecinos conciban una obra de teatro.
El propósito es presentar la pieza en el simposio Ventajas de la solidaridad y la buena convivencia dentro de la comunidad. Por sugerencia de Isidoro, el más joven de los reunidos en casa de Pánfilo, se acuerda darle un corte humorístico, y desde entonces solo se verán los intentos de Leopoldino y de su superior, Leoncio, por conseguir que la obra no refleje los problemas de los vecinos en su vida diaria, so pena de ser malinterpretados por una representante de Cultura que asistirá al ensayo. “¿Para qué meternos en candela?”, argumenta Leoncio.
“Ese es el problema; sí, porque cuando se mezcla el humor con la actualidad el resultado, algunas veces, es el ‘choteíto’, la burla, ¿usted me entiende? Empiezan a entronizarse estereotipos, se ridiculizan determinados patrones y se abusa de lo peor de todo: la crítica”, dice este último directivo ante la mirada recelosa de Pánfilo, quien defiende la crítica dentro del humor alegando que ayuda a desenmascarar problemas serios de la sociedad y emite un mensaje que hace reflexionar a las personas.
“A ver, no es criticar por criticar, es criticar a las personas que trabajan mal y que están cuidando su puesto”, remata el anciano, en clara alusión a ellos dos, en primerísima instancia. “Anota eso”, le dice el superior a Leopoldino, medio anonadado. Ambos aparecen como incapaces de pensar por sí mismos y desconocedores de vocablos que emplean al hablar. No menos mal parada quedará la funcionaria visitante.
Con esa esencia permeando todo transcurre lo que sigue: la visita anunciada que los de “arriba” se empeñan en presentar como improvisada, los intentos de ambos para que el asunto no se les “vaya de las manos”, los esfuerzos de los vecinos por “divertirse”, “darle rienda suelta a esa creatividad”, pero, sin olvidar “ciertos detallitos”, encargo del que solo Pánfilo tiene conocimiento, debido a que con la algarabía los demás no lo escucharon.
En un espectáculo divertido cuando cada quien representaba con un títere a su personaje, y medio confuso cuando unos asumían los roles de otros, la obra termina en discordia y desunión. Tal y como sugirió el maestro de teatro, ante el olvido de los parlamentos echaron mano a la improvisación, que los llevó a ver en el otro no precisamente sus virtudes, sino sus defectos, y a exponer sin recato cada singularidad del barrio.
A juzgar por el guion parecería que se habla solo de arte, pero nadie es tan ingenuo como para suponer que no se alude a la sociedad toda. Para empezar, lo que debe romperse en casa de Pánfilo, a modo de situación desencadenante de la obra, no es ni la cocina cubana, ni la lavadora rusa ni el ventilador chino, sino el radio americano.
Tampoco pueden aparecer sus precariedades de señor de la tercera edad, porque entonces en lugar de hacer reír podría hacer llorar. Ni mencionarse un apagón, sino otros sustantivos menos problemáticos, como “una avería o una reparación programada”. Ni cantar El manisero, que al final nadie entiende “para dónde se va”.
El tema del ejercicio de la crítica en Cuba no es nuevo en absoluto. Tal derecho, tanto en el arte como en la prensa o en la vida cotidiana, lo han defendido, con mayor o menor vehemencia, los tres mandatarios de la nación luego del triunfo revolucionario. Más que la crítica en sí misma, se trata de la necesidad, en el plano macro, de procurar por medio de ella una mejoría para la sociedad en su conjunto y para cada uno de sus ciudadanos.
En su discurso de clausura del VIII Congreso del Partido, el Presidente cubano y Primer Secretario de la organización, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, apuntaba: “La Revolución no solo no le teme al pensamiento creador, sino que lo aúpa, lo cultiva, abre campos para su crecimiento y desarrollo, lo reconoce y se nutre de sus aportes”. De más está decir que su acción misma calza esa visión, sobre todo ahora, que todo interés individual deberá estar en función de un fin mayor: el interés del país, pero sin dejar de ver en el bosque, como diría él, también los árboles.
Si queremos ir más allá, tengamos presente la respuesta de Fidel a Ignacio Ramonet en aquella entrevista memorable a inicios de la década del 2000: “Todo es mejor que la ausencia de crítica”, una máxima que en modo alguno se circunscribe a la prensa y la creación artística, sino que debería aplicarse a cada fenómeno de la realidad.
Que dira de esto la empresa lider en dar reuniones en sancti spiritus, LA EMPRESA AVICOLA DA REUNIONES DIARIAS
, al compañero director MURZULI, no hay quien le hable de trabajo a distancia ni tele trabajo,, es como lindoro,, tiene que ver
al personal a su lado, para que le ria sus gracias,,, ya tiene casos de covid,,,,
Es muy ingenuo pensar que la crítica puede ser ejercida en nuestro país sin que esto tenga consecuencias, incluso «Panfilo» y su equipo pudiesen dar fe de lo que digo. Hay mucho por ganar en temas de derechos y libertades ciudadanas, los espacios para la crítica abierta y sincera, son prácticamente nulos, y el que hace uso de medios no oficiales, lo hace a espensas de perder su empleo, e incluso su carrera. Hay mucho camino que recorrer, y la prensa tiene un papel fundamental. Es momento de hacer periodismo serio, de reflejar la realidad por dura que sea, estos no son tiempo de paños tibios. Una verdad que duela siempre hará menos daño que una mentira que decepcione.
Quizás Ud. tenga razón en cuanto a como tratar este tema, pero creo que no se debe ser ingenuo, cuando todo en ese programa desde sus inicios ha estado enfilado contra nuestro sistema de una manera muy sutil y que supongo que ahora el ICRT no sabe que hacer con el ,dado el grado de aceptación en la población , creo que debió corregirse desde el inicio ahora se tomaría como censura y represalia. No me negará que todo en este programa está perfilado con un mensaje subliminar en nuestra contra. Ejemplos: -La dirección de Pánfilo cual es «Cuba entre Zanja y Amargura» no le sugiera algo ¿es casualidad?, – El traidor Facundo usaba en sus primeras presentaciones un sello de la ACRC (de la cual soy miembro) y ni siquiera la dirección nacional de nuestra organización hizo algo en contra ( al menos públicamente) ¿es casualidad? -A penas Silva se sintió reconocido comenzó su coqueteo con lo mas reaccionario de los artistas miamense, hay videos donde su actuación se basa enteramente en ridiculizar hasta el escarnio nuestros problemas, que lo haga aquí con el «supuesto» de concientizar a los responsables lo acepto, pero en Miami ¿ cual es el objetivo ? creo que es evidente: coquetear con el enemigo, o sus entrevistas con Carlos Otero son otra cosa ¿es casualidad? – El primer elemento de éxito de este programa fueron los chistes a costa de la tan vilipendiada tarjeta de abastecimiento, cuando eso se agotó comenzó el giro descarado contra todo y toda medida de la Revolución, no hay una no cuestionada por este programa y su personaje principal «Panfilo» ¿es casualidad? – Una vez afianzado en el gusto popular ya sus intervenciones en las redes sociales son mas criticas y en ocasiones infundadas e incluso se permite reflexiones sobre medidas de orden económico ,en la cuales se transparenta su ignorancia en estos temas , pero su ego es tan grande que cree que ser un «buen Humorista» lo habilita en esta esfera. -Los artistas del elenco se han sumado salvo excepciones a esa tónica, me pregunto si antes pensaban así, ¿el escrito en el pullover de Isidoro que demuestra? .¿es casualidad? – Ud afirma estar identificada con su pais y sus ideales me alegro y lo celebro , entonces estará de acuerdo conmigo en que generalmente y la historia lo demuestra, las cosas que le convienen o aprueban los yanquis no son buenas para nosotros, entonces porque el programa de «Pánfilo» recibió la bendición de Obama hasta el extremo de participar en él, lo cual encumbró el espacio a los ojos de todos. Obama es un demagogo pero no tonto, algo a su favor y en nuestra contra apreció en el programa, ¿no será la impunidad de critica con que goza? ¿es casualidad? -Hace un tiempo visité la Habana en la Terminal de Omnibus vi en venta los turrones de mani «Don Panfilo» con su imagen a color y los precios como los de buenos habaneros «altísimos» me preguntaba ¿Pagará impuesto por esa ganancia ? Desde el triunfo de la Revolución ese tipo de propaganda rentada desapareció y no sé si es permitida pero nunca he visto imágenes de Juan Formell, Elió Revé, Silvio Rodriguez, Elena Burque, Enrique Almirante, Arredondo, Compay Segundo, Fabré, Buena Fé , Rosita Fornés, Ramón Veloz, Celina González ,Miravalles, verdaderos grandes del arte usadas con fines comerciales particulares o querrá igualarse a Alicia Alonso cuyo nombre identifican a Cuba en el mundo. Como Ud me rió con sus actuaciones, en ocasiones les doy la razón en algunas criticas pero en mi vida aprendí «los trapos sucios se lavan en casa» y una máxima Guevariana ! «Al enemigo ni tantico así»! .El humor de Silva solo triunfa en Cuba por que es a costa de nuestra realidad, critica lo humano y lo divino pero desafíelo a hacer un buen programa que no aborde las dificultades por las que pasamos, No Podrá porque para eso hay que igualarse a Arredondo, Les Lutiers ,Chaplin y hasta allí no llega, en otros escenarios que no conocen estas interioridades fracasaría. Silva – Pánfilo es miembro del coro de artistas que tienen doble moral, se beneficia del éxito en Cuba y lo quiere capitalizar en el Norte, a los cuales les servirá mientras viva aquí y desde aquí siga haciendo lo que hace, cuando emigre veremos si termina aunque sea haciendo comerciales. A usted entrañable periodista de un diario con un nombre tan significativo para los cubanos le diría, no basta sus citas de frases de nuestros dirigentes para tapar lo que es evidente, ellos nos han enseñado a leer entre líneas, a proposito no he visto a su defendido pronunciarse en contra de los sucesos del 11/6 , no estaremos asistiendo a La Crónica de una Traición Anunciada. Saludos
Entonces metieron para dany y el club de los berracos y la visita escolar?? Es que no lo vi.
El asunto es hasta que nivel de jefatura llega la crítica, siempre recuerden aquel dicho de «Jueguen con la cadena pero no con el mono» … y mientras no se pueda llegar a criticar al mono no se van a resolver los problemas.
Realmente no me gusto esta entrega. Es más me pareció casi una falta de respeto hasta el Título del capítulo *Titiriteros*, es una burla. Es real que tenemos que cambiar muchas cosas de nuestra realidad, pero sugerir ese titulo cuando se va a dirigir la critica a un sector o una estructura de organizaciones de masa me parece bien feo. De todas maneras hace rato no veo nada novedoso en el programa, pues ya se hace monótono en casi todos nuestros humoristas centrarse solo en los problemas para tratar de hacer reír. A su vez tampoco propone ni sugiere, todas son críticas sin más, criticas que en estos tiempos sin venir acompañadas de una sugerencia de solución solo se prestan para hacerle el juego al Fascimo Miamense.
Quien se lea las sesiones de quejas del diario de la juventud del periodista jose alejandrao podra notar q no tiene nada d humor cuantas ineligencias y abandono de funcionarios denuncia la poblacion, creo en la crítica acertada y constructiva
Excelente programa de TV y buen artículo. La crítica es necesaria, denunciar lo mal hecho, con el espíritu constructivo de mejorar la cosas. En el concepto de Revolución del Comandante en Jefe se dice bien claro que hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado, desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera dle ambito social y nacional. Usualmente suelo exponer mis criterios en Cubadebate y nunca me han censurado alguno, a pesar de ser muy criticos en ocasiones. La ciritca buen argumentada es valida.
Almachete, estamos en el mismo equipo. En Cubadebate solo ultimamente se me publica algun que otro comentario, sobre todo aquellos en que me sumo a las opiniones del articulista o redactor. Otra suerte corren mis escritos en los que critico algo, desde errores ortograficos hasta opiniones perfectamente discutibles. Esos son censurados en el sitio que esgrime como eslogan «contra el terrorismo mediatico». De Granma ni hablar, ahi si que no ha clasificado NINGUNO de mis comentarios, ni a favor ni en contra, parece que me tienen censurado per se. De hecho, de los pocos diarios a los que escribo, solo este, Escambray, me publica sin cortapisas. En fin, que muchas veces la prensa cubana se gana el calificativo de «oficialista», con todo lo peyorativo y hasta descalificador que puede llegar a ser este. Y bueno, ya en Vivir del Cuento pusieron en cuarentena a Andy Vargas por comentarios que al parecer se «habian salido del guion». Lamentablemente, Andy ha terminado en la television de Miami, y le ha sucedido lo mismo que a casi todos, sus chistes son cada vez peores y solo da risa a la caverna mayamera, esa que no tiene dos dedos de frente. Pero habria que ver si en su marcha tuvo o no tuvo que ver la censura no declarada de algun funcionario de los que pululan en el ICRT, mas temerosos de perder su puesto que de otra cosa.
El artículo muy bien, el programa acordé con los tiempo que estamos viviendo tocaron los temas que todos sabemos y nadie dice (como todos sus programas), la realidad es que seguimos viendo estos programas de Vivir del Cuento y no acabamos de entender sus mensajes, ¿hasta cuándo se seguira permitiendo el mal trabajo y el conformismo con las cosas que funcionan mal?. Consideró que es hora de que se comienze a actuar en consecuencia y como expreso Fidel y utilizamos por consigna «Cambiar todo lo que deba ser cambiado»