El Centro Histórico de Trinidad, uno de los conjuntos más notables de Cuba y de América Latina, demanda acciones permanentes de conservación, gestión y manejo, sin embargo esas labores muchas veces se ven amordazadas por el bloqueo económico y financiero del gobierno de Estados Unidos que entorpece las labores de preservación y defensa de los valores patrimoniales.
La restauración es cara —reconoce el MSc. Duznel Zerquera Amador, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios— y el país no cuenta siempre con los recursos o el financiamiento para importarlos. Entonces se hace muy compleja la sustitución de una cubierta de madera, la pintura de los inmuebles o los productos impermeabilizantes.
Pero no solo en la adquisición de insumos se contabilizan los daños de la injusta y agresiva política estadounidense hacia Cuba, sino también las áreas de colaboración internacional y capacitación resultan vetadas por las presiones y amenazas. Todo ello impacta en la ciudad, especialmente vulnerable en situaciones de contingencia como la pandemia provocada por el nuevo coronavirus que paralizó la actividad turística, la mayor fuente de ingresos para la economía local.
“Actuamos en una comunidad internacional y, aunque Cuba goza de prestigio por la alta profesionalidad de los especialistas, en no pocas ocasiones los proyectos de desarrollo y de superación no logran finalmente materializarse. También se nos excluye de eventos importantes y de la posibilidad de establecer nexos de trabajo con uno de los organismos más prestigiosos en el mundo: el Instituto de Conservación Getty, con sede en Los Ángeles, California.
“Otras Organizaciones No Gubernamentales han logrado eludir este cerco y mantienen una estrecha colaboración con nuestra Oficina y a su contribución le debemos proyectos sociales importantes como la rehabilitación de barrios, entre ellos Santa Ana y Las Tres Cruces, además de equipamiento y tecnología para la escuela de restauración que forma la fuerza calificada y responsable de mantener siempre bella la ciudad”.
A lo largo de más de 60 años el bloqueo ha pretendido aislar a la isla caribeña; también a esta ciudad ubicada al centro sur de Cuba, cosmopolita y hospitalaria que estudia y promueve modernos conceptos de conservación y educación, gestión urbana, rehabilitación integral, responsabilidad social y participación comunitaria como baluartes para el progreso y el desarrollo sostenible.
La Oficina trinitaria desde su creación ha logrado extender puentes de amor y de cooperación que le permiten impulsar programas sociales de relevancia como los denominados proyectos de barrios, entre ellos el de Santa Ana y Las Tres Cruces, en función de mejorar la calidad de vida de las personas y revalorizar áreas más allá del Centro Histórico.
En los dos últimos años los trabajos se localizan en la calle Independencia, quinta etapa de una serie de intervenciones en la popular barriada, que antes contaron con financiamiento del gobierno de la Junta de Andalucía y ahora de la Organización No Gubernamental Arquitectos sin Fronteras para la intervención de la primera y segunda crujías de unas 135 viviendas y centros de servicios, además de la rehabilitación de las redes hidrosanitarias, el empedrado y la adecuación de aceras y espacios públicos.
El año 2020 —ilustra Zerquera Amador— fue una etapa muy compleja, pues la pandemia no solo ha frenado el avance de las acciones constructivas, sino también la importación de elementos imprescindibles para la continuidad de las labores y su terminación. No obstante, logramos concluir 14 viviendas en la comunidad de Manaca Iznaga y no dejamos de trabajar en el poblado de San Pedro”.
Ambos asentamientos, ubicados en el Valle de los Ingenios, se benefician de un proyecto integrador que piensa en grande: mejorar las condiciones de habitabilidad, actualizar programas de empleo, retomar tradiciones culturales y dinámicas familiares como elementos de arraigo y favorecedores del desarrollo comunitario.
Pese al bloqueo, la tercera villa cubana vive orgullosa de sus encantos y los resguarda para futuras generaciones; sus títulos de Patrimonio Cultural de la Humanidad y Ciudad Artesanal y Creativa de la Unesco, acreditan no solo los valores excepcionales de esta urbe, sino la voluntad política del gobierno y de sus habitantes de preservarlos como el más genuino acto de cubanía.
I’ve visited Trinidad several times and just love it! It’s one of the most beautiful cities in Cuba and I’m looking forward to visiting it many time in the future!
Hay que trabajar más intensamente en la Conservación del Patrimonio,nuestra ciudad se lo.merece,es única en el.mundo hay que apelar a iniciativas locales para lograrlo.
Pero si allí mismo en Trinidad están haciendo un Bunque de hotel mira que han gastado cemento por gusto porque turismo no hay ni habrá mientes no controlen el corona virus ese bloqueo que ustedes escriben aquí no existe vengan para que vean la cantidad de cemento que han votado
Por favor, pongan la O en la palabra bloqueo en el pie de la foto que da inicio a la noticia, alli dice ahora «…pese al bloque». Y claro que el bloqueo, ese que algunos pretenden minimizar e incluso negar, no impedira que Trinidad y sus alrededores continuen ofreciendo al mundo un pedazo de nuestra centenaria historia. Todo nuestro apoyo y reconocimento al pueblo y las autoridades trinitarias.