El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reiteró este 17 de febrero la disposición de su Gobierno de establecer un diálogo político abierto e inclusivo con la administración estadounidense de Joe Biden.
En rueda de prensa desde el Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo), el mandatario venezolano rechazó que la voluntad de entendimiento sea interpretada como un gesto de debilidad; ‘ya se ha demostrado bastante dignidad y coraje en las posiciones de la Revolución bolivariana’, afirmó.
El jefe de Estado aseveró que Venezuela continúa a la expectativa de cómo el presidente Biden manejará la política exterior de Estados Unidos respecto a América Latina y el Caribe.
Al respecto, Maduro manifestó que espera sensatez y rectificación por parte del poder político estadounidense ante la postura violenta y hostil adoptada por la administración de Donald Trump contra el país sudamericano.
‘Estamos en la disposición de un diálogo abierto e inclusivo para buscar la convivencia’, resaltó el dignatario al subrayar que en cualquier proceso de acercamiento entre ambas naciones debe primar el principio del respeto a la soberanía y la autodeterminación.
Respecto a las medidas coercitivas unilaterales implementadas por Washington contra Caracas, el mandatario venezolano aseveró que esas acciones causaron sufrimientos al pueblo y la devastación del sistema económico y productivo nacional.
En tal sentido, Maduro destacó el reconocimiento otorgado por la relatora especial de la ONU Alena Douhan a las severas afectaciones ocasionadas a Venezuela y el carácter ilegal de las denominadas sanciones.
‘A Venezuela se le ha aplicado un método cruel e implacable, de tratar por la vía del sufrimiento, del dolor y la necesidad, provocar (…) un cambio de régimen, que es el objetivo, rendir a un país entero’, sostuvo el jefe de Estado.
Ratificó además la voluntad del Gobierno bolivariano de preservar el estado de bienestar que resultó vulnerado por el escenario de guerra económica impuesto al país durante los últimos años.
De acuerdo con cifras oficiales, las medidas coercitivas unilaterales adoptadas por la Casa Blanca desde 2015 ocasionaron a Venezuela la pérdida del 99 por ciento de sus ingresos en divisas.
La nación sudamericana rompió relaciones políticas y diplomáticas con Estados Unidos en enero de 2019, tras el apoyo de la administración Trump a la autoproclamación del entonces diputado Juan Guaidó como supuesto presidente encargado.
Ese acto de usurpación, considerado en Caracas como intento de golpe de Estado, abrió las puertas al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, incluido el embargo de activos del Estado venezolano en el exterior, estimados en miles de millones de dólares.
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