El Palacio de la Revolución volvió a abrir sus puertas este lunes a más de una veintena de intelectuales y artistas que todos los meses se reúnen con el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para dar seguimiento a los acuerdos del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, realizado a finales del año 2019, y también para dialogar de la cultura cubana y sus urgencias.
En este encuentro — en el que participaron el Primer Ministro de la Isla, Manuel Marrero Cruz, y el titular de Cultura, Alpidio Alonso Grau — se presentó una relatoría con todo lo hecho desde las asociaciones de la UNEAC para mantener vivo su último Congreso en medio de una pandemia que ha limitado toda interacción, y se produjo un provechoso intercambio sobre la cultura nacional y el ataque que actualmente se gesta hacia la institucionalidad del país, el cual tiene como punta de lanza, precisamente, al Ministerio de Cultura.
El Jefe de Estado aseveró que se arremete contra la cultura porque es la esencia misma de la Revolución y el propósito de las plataformas colonizadoras es destruir nuestra identidad, con la aspiración de llegar a dominarnos. Pero en la historia de Cuba, salvo raras excepciones, los intelectuales y artistas han estado con las causas más avanzadas; por eso la Revolución, reiteró, “ha sido cantada y contada por sus artistas”.
Díaz-Canel resaltó la unidad de la intelectualidad cubana y rechazó los intentos por mostrarla fragmentada. Abogó por continuar y visibilizar el diálogo que todos los días se hace desde las instituciones.
Prestigiosa voces de la cultura hablaron del acompañamiento de los artistas e intelectuales a las instituciones culturales del país; de la defensa de la política cultural de la nación, que aun con errores, permitió una explosión artística desde el mismo triunfo de la Revolución hasta nuestros días; y del carácter siempre crítico del arte cubano, aupado precisamente desde la institucionalidad, gracias al diálogo permanente.
Se demandó, a la par, de más agilidad en las transformaciones que necesitan varias instituciones de la cultura y que han sido reclamos legítimos de los artistas; de una mejor articulación entre los saberes científicos, en este caso de las ciencias sociales; y de un mayor estudio de la Constitución desde el sistema educacional.
Por más de dos horas, intelectuales y artistas dialogaron con el Presidente sobre diversos temas, en primer lugar el linchamiento mediático hacia quienes defienden la Revolución en redes sociales y espacios públicos, y de la valentía de quienes insisten en hacerlo, a pesar de los costos; de la necesidad de fortalecer nuestras organizaciones, algunas aún anquilosadas en viejos esquemas y tiempos pasados; y de anteponer el acervo cultural de la nación al escenario apocalíptico que se pretende crear en torno a ella.
El discurso siempre revolucionario de la intelectualidad cubana volvió a tener por sede la Presidencia de la República en un ejercicio habitual con el Presidente Díaz-Canel, quien en diciembre del 2019 convocaba a la UNEAC a hacer más proactiva a la organización en sus bases y a pelear “contra molinos de viento, tan antiguos como dañinos”.
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