Dicen que después de los médicos que encaran la pandemia, en Mayajigua no hay persona más mencionada que José Alfredo Mauri Cubillas, aunque valga aclarar que ese nombre solo cuenta para los documentos oficiales; en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Transporte Yaguajay, en los portales del restaurante El Louvre, en la terminal de ómnibus o en al barrio Frente Norte de Las Villas es, sencillamente, Guasimilla, el de la covid.
Dicen que es un trabajador con carisma para el oficio; un tipo afable, bien llevado. “Siempre he sido un chofer de ir para donde haga falta”, aclara él, como si llevar más de uno año moviendo pacientes en función de la pandemia fuera asunto de rutina.
“Como chofer de la terminal lo mío siempre fueron las rutas Mayajigua-Sancti Spíritus y Mayajigua-Morón —comentó—. Pero la pandemia me cambió el itinerario por completo y desde el mismo inicio empecé a trasladar pacientes hacia los centros de aislamiento; primero para los habilitados en Centeno, playa Vitoria y campismo Bamburanao; luego prácticamente todo ha sido trabajar en Zona Roja y en cuanto traslado haga falta”, narró a Escambray vía telefónica.
“Por José Alfredo nadie me conoce, desde niño arrastro el sobrenombre de Guasimilla”, reveló ante la curiosidad periodística. Lo cierto es que le puso tanto timón a la batalla de la covid que es mucha la gente que se ha movido en su carro. “Estoy contento, hago lo que me toca”, dice y lo imagino arropado de verde y espantando hasta los miedos.
“Siempre hay peligro y esa amenaza es la que obliga a no violar ni un detalle de los protocolos, por eso —asegura— me protejo con el vestuario adecuado y casi ni los ojos se me ven. Bueno, no he llevado la cuenta de los viajes que he dado en toda la pandemia, aunque sí te aseguro que son unos cuantos todos los días porque aquí en Mayajigua el contagio ha sido terrible; para las veces que me han cogido las dos de la madrugada y todavía he estado en la carretera moviendo pacientes”, afirma.
¿Acaso cumplir los protocolos te separa de los riesgos?
Varias veces he tenido que correr riesgos porque me montan muchas personas mayores y los ayudo a subir al carro, siempre tomando precauciones; los veo que se sienten mal, prácticamente no pueden montarse solos y nunca le he negado el auxilio a ninguno.
¿A esta altura de pandemia no pides ya un descanso?
Nada de eso, ni esquivo viajes ni hay que estar mandándome mucho; sé lo que me toca hacer y a la hora que me llaman ahí estoy. Además, no soy yo solo, aquí hay otros choferes que tampoco han parado, y hay que seguir porque el personal de Salud tampoco descansa.
Aquí lo seguro es que empiezo a trabajar a las siete de la mañana, pero nunca sé a qué hora voy a parquear; así que yo no voy a poner el pare, aquí estaré hasta el final de la covid. Tampoco son tiempos de estar mirando horarios ni día de la semana; ya volverá el momento de retomar las rutas Sancti Spíritus y Morón. Te digo que Transporte y Salud pueden contar con Guasimilla hasta que se acabe la pandemia.
Los trabajadores de Salud que laboramos en Topes de Collantes tuvimos por un tiempo durante la pandemia un transporte que nos trasladaba ida y vuelta desde Trinidad los días Martes y Jueves de Cada semana
Hace ya dos semanas nos quitaron ese transporte y alegan en la Base de Ómnibus de Trinidad que el único carro dispuesto para esta tarea (que conduce el chofer (Eddy) está parado por baterías, otros días dicen que está parado por falta de combustible.
El asunto es que mientras cada centro de aislamiento tiene dispuesto un transporte alquilado por Salud a la base CUBATAXI y al personal médico que se traslada diariamente hasta Sancti Spíritus tiene garantizado tres viajes diarios; nosotros los trabajadores que laboramos en Topes de Collantes nadie se preocupa por contratarnos un transporte para ir a trabajar