“Lo primero que habría que destacar es que al momento de la firma, y según el contenido del documento rubricado, el interinato de Juan Guaidó queda formalmente desmontado”, afirma el artículo de Ociel Alí López, sociólogo, analista político y profesor de la Universidad Central de Venezuela, publicado este lunes por Rusia Today, donde se analizan las implicaciones del memorándum de entendimiento entre el Gobierno venezolano y la oposición al que se arribó el pasado 13 de agosto.
De acuerdo con el autor, la oposición, ahora en consenso, salvo por algunas minorías radicalizadas, acepta la derrota del interinato y claudica, luego de la insurrección que duró más de dos años y se produjo en torno al intento de crear un gobierno paralelo que nunca ocupó territorio alguno y se mantuvo como un simulacro apoyado por fuerzas internacionales.
“La principal dosis de sinceridad, el más rotundo giro y aceptación de su error lo ponen sobre la mesa los países que apoyaron e hicieron posible, como único sostén, el mencionado gobierno paralelo”, sostiene Alí López, quien más adelante añade: “EE.UU., la Unión Europea y el Grupo de Lima, conformado por 16 países de América, han asumido su derrota al intentar acabar con el Gobierno de Venezuela por la fuerza y han girado su postura de manera diametral”.
También recuerda que hace poco más de dos años Elliott Abrams, el entonces representante para asuntos sobre Venezuela de la Casa Blanca, coordinaba de forma telefónica y pública un golpe militar contra Maduro, apoyado por Federica Mogherini, representante para asuntos exteriores de la Unión Europea, y los presidentes de Colombia, Chile y Perú, entre otros.
“Hoy, todos esos gobiernos, a excepción del Ejecutivo colombiano, han decidido girar su postura, aceptar su error estratégico y fomentar la firma de un acuerdo en el que se reconoce a Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Aunque suene exagerado, para EE.UU. la firma de este acuerdo sobre Venezuela puede ser comparada, salvando las distancias y las formas, con su retirada de Afganistán, en tanto ha reconocido que la vía que alentó y la estrategia que implementó para cercar e implosionar el gobierno ha fracasado y ha tenido que aceptar una vía completamente diferente”, escribe el analista.
Según su análisis, todo este giro obedece, principalmente, al deceso de la hegemonía que los republicanos y el trumpismo tuvieron en el mundo sobre el tema de Venezuela. Como bien significa, hoy día el Grupo de Lima prácticamente no existe, la Unión Europea ha modificado su actitud y, a partir de ello, se ha hecho posible el inicio de un diálogo que, en una especie de paradoja respecto a sus posiciones de antes, cuenta con la venia de los gobiernos que entorpecieron intentos anteriores de negociación.
“El inesperado protagonismo de México, bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, demuestra un cambio radical de la situación geopolítica en la región”, escribe el autor, quien subraya que de la preponderancia que tuvieron gobiernos de derecha radical como el de Colombia, Chile y México, durante la crisis en torno al interinato, pasamos a la ‘mano zurda’ mexicana, que ya con el documento firmado se anota una victoria diplomática real, de mucha significación para entender una variación ideológica en América Latina.
Según su visión, la oposición venezolana está sufriendo un cambio interno en el tablero de poder de sus corrientes, bien diferenciadas. “Si los últimos años, desde que emergió el interinato de Guaidó, fueron los sectores radicales, encabezados por el partido Voluntad Popular, quienes dictaron la estrategia de choque contra el gobierno, hoy las corrientes moderadas van tomando el control de a poco y, con una estrategia de largo aliento, se van posicionando para desarrollar un plan que acepte el cronograma constitucional, que la otra corriente no acepta, y presionar para la vuelta de una ‘normalidad’ política y, sobre todo, electoral”, apunta.
Ociel Alí López afirma que el único líder que ha asumido abiertamente la estrategia de la negociación y la salida electoral con Maduro en el poder es el excandidato Henrique Capriles, sobre quien se posan ahora los reflectores en medio de una ‘renovación’, por no decir una vuelta pendular sobre sectores más moderados. “Los radicales lucen, más que derrotados, perdidos y totalmente fuera de lugar, casi mendigando para entrar de nuevo en la institucionalidad”, significa.
“Para este sector radical, el no haber negociado en 2018 o 2019, cuando tenían mucho más poder, mayor capacidad de presión y un aliado incondicional en Washington dispuesto, al menos, a meter miedo, tendrá un costo político enorme. (…) Ahora toda la oposición deberá rediseñar su perfil, su narrativa y su lucha bajo la idea de que solo hay un presidente y es Maduro, por lo que deberán hacer las cosas de una forma diferente y aceptar la realidad política nacional”, concluye el sociólogo.
(Con información de Rusia Today)
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