Pensé que no podría escribir una vez conocida la noticia de su muerte, pero la imaginé cerca, increpándome por la cobardía, y me dije que le debía esta crónica. A ella, que ha sido en todos estos años mucho más que una fuente informativa, se le deben palabras de justicia, sencillas y sinceras; otra cosa resultaría un insulto.
Procuré ir más allá de mi conocimiento personal sobre su trayectoria en suelo espirituano y supe entonces que fue maestra primaria del sector rural en su natal Nicaragua, de donde vino acompañando al hombre internacionalista al que le deberemos siempre el haberla tenido en estos predios, y donde formó parte de la Cruzada Nacional de Alfabetización.
Apasionada, afectuosa, dulce y enamorada de los niños, la Educación Prescolar la tuvo en sus comienzos — a mediados de los 80— al frente de algún aula y de al menos dos círculos infantiles, pero su carisma mostraba mucho más potencial y en 1992 entraba a la Dirección Provincial de Educación. Allí impregnaría su sello de exclusividad, inicialmente en la metodología de la hoy denominada Primera Infancia y luego como asesora de la Actividad Científica Educacional.
La Rafaela que recordaremos siempre es la mujer risueña, optimista, trabajadora, responsable y amiga de ayudar en momentos difíciles; amante de escuchar música y cantar, aficionada a las lecturas y a la conversación con los infantes; celosa veladora de sus plantas y dada al arte de cocinar con ganas.
“Puedes llorar porque se ha ido, o puedes sonreír porque ha vivido. Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado (…). Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío y dar la espalda, o puedes hacer lo que a ella le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir”. Así lo ha escrito Claudia Blanco, una de sus hijas —son dos hembras y dos varones, todo su orgullo, junto a su nieto Owen Gabriel—, y ha abonado esta crónica con palabras de aliento.
De ella podrían decirse muchas cosas: que fue coordinadora provincial de varias investigaciones nacionales sobre la educación prescolar, que encabezó proyectos auspiciados por la Unicef y el PNUD para el fortalecimiento de la resiliencia ante desastres, riesgos, peligros y vulnerabilidades en comunidades espirituanas; que fue seleccionada colaboradora ejemplar durante sus misiones en Venezuela, que nos representó cuando asistió, como delegada, al XIX Congreso de la CTC…
Atesoraba múltiples condecoraciones, como el diploma Maestro por la Patria, la Orden Frank País de segundo grado, la medalla Trabajador Internacionalista, el sello Forjadores del Futuro, que otorga la UJC a personalidades en casos excepcionales; la Distinción 23 de Agosto, las medallas Jesús Menéndez, José Tey y Rafael María de Mendive, la Distinción por la Educación Cubana y el título de Vanguardia Nacional por 12 años consecutivos.
Pero estaría más orgullosa, presumo, si no dejáramos de mencionar su condición de militante del Partido Comunista de Cuba y, sobre todo, su disposición en cada momento de defender esta nación, de la que se hizo hija y a la que siempre honró. No es casual que en sus varios perfiles en Facebook —constantemente perdía la clave y se reía de ello— aparecieran la bandera cubana, nuestros líderes y la exigencia de poner fin al bloqueo que nos cerca y asfixia.
La solidaridad entre Cuba y Nicaragua, las palabras de esperanza y aliento, el llamado a la unión y el regocijo por el inicio de la vacunación pediátrica en este archipiélago, junto a su ¡Gracias a la Revolución! asoman entre los mensajes más recientes que dejó en las redes sociales de internet.
El 19 de agosto pasado celebró su cumpleaños 70; no negaba su edad y, presumida como era, disfrutaba escuchar que lucía joven, al igual que hermosa. Había nacido en el departamento de Granada y estudiado en la Escuela Normal de Managua. Con el grado de Máster en Ciencias de la Educación exhibía la mayor moral del mundo para hablar de esos menesteres pedagógicos en los que sentó cátedra.
Sucesivas generaciones de niños que han transitado por los círculos infantiles y el Programa Educa a tu Hijo, que lideró desde su comienzo, tienen, probablemente sin saberlo, mucho que agradecerle a esta educadora de talla excepcional.
Este 23 de septiembre, un día después de su deceso, el local de la Dirección Provincial de Educación en la calle Raimundo celebró la más triste de sus ceremonias de despedida. Las palabras apenas podían escucharse, pero los corazones estaban repletos de su huella, imborrable, franca, sin medias tintas, como fue siempre Rafaela.
Conocí a Doña Rafaela Garay en Noviembre de 2004, conversamos de la Nicaragua entre los Años 1974 a 1982, nuestras vivencias y amor a nuestra Patria Nicaragua, le compartí libros Música Testimonial, de antes de la Revolución de 1979 y posterior, conversamos varios temas. Siempre me encargó velar por su Tiena Hija, mi Asistente Personal Gaby, mi apoyo en mi trabajo. Misión que siembre he cumplido. Siempre recibía de su partes Libros y Adornos que guardo con gran Aprecio. Ha pasado a la eternidad, es una Estrella en el Universo y Ángel en el Cielo. Su Ejemplo, consejos y su noble sonrisa son Tesoros en mi Memoria. Un Abrazo en la Eternidad.
Muchas Gracias Rafaela!!!!!
Faltó, entre tantas cosas por contar y tanta conmoción, sobre su enorme valor para enfrentar todo; también sobre su esposo Rosbel, el mismo cubano que le propuso venir a Cuba desde su natal Nicaragua. Ojalá alguien hable de su papel en la vida y la obra de Rafaela.
Mi Madre puso muy en alto su país Nicaragua, en mi segunda patria Cuba linda y querida
Por supuesto que tenemos que hablar de Rosbel, mi padre y el padre de mis hermanos; el mismo hombre que Dios y mi madre escogieron, para que juntos, pudiesen conducirnos por el camino del bien. Siempre estuvo orgulloso de sus 6 hijos ( 2 biológicos y 4 adoptados).
Militar de profesión; que se robó el corazón de mi madre y el nuestro; que nos llevó a su patria, que también es la nuestra, el 25 de Diciembre de 1984
Un hombre honesto, amante de su familia y trabajo; su vicio: el cake y los refrescos; con una enorme paciencia y sabiduría para enseñarnos el arte de vivir en comunidad.
Gracias por haber amado tanto, a nuestra madre.
Nosotros, tus hijos, también te acompañamos en tu dolor.
Bellas palabras para quien es mi amiga…duele mucho escuchar su partida …desde Granma mi eterno agradecimiento a Rafa…Dios le de luz dondequiera que estés. Un abrazo eterno como siempre nos dimos.
Rafaela nos dejó un legado imborrable, como mujer, madre, hija, amiga y pedagoga de excepcional talla que sentó cátedra en la Educación Preescolar en la provincia de Sancti Spíritus. Tuve el honor de conocerla, gran amiga de mi madre. Todos y todas aprendimos muchísimo de su talento, saberes, alegría y entusiamo de vivir. Sin dudas, una mujer y profesional única. Rafa, te queremos por y para siempre. Descansa en Paz.
Nuestro abrazo para ti y para Yipsi; los recordamos con un inmenso cariño. Olivia Flores ( EPD ), fue una gran amiga – hermana; para nuestra madre.
EPD AMIGA GRACIAS DELIA HICISTE UNA EXCELENTE DESCRIPCIÒN DE ELLA
Que triste tristeza nos deja su perdida,de verdad que no tengo palabras para expresar el dolor tan grande que siento pues era mi tía no de sangre pero si de corazón ? que dios la tenga en su gloria y siempre vivirá en nuestros corazones
Nuestro abrazo para ti y para Yipsi; los recordamos con un inmenso cariño. Olivia Flores ( EPD ), fue una gran amiga – hermana; para nuestra madre.
Sabias palabras has empleado para honrar a esa hermosa mujer. Aprendí mucho de ella, me gradué como Licenciada en Educación Preescolar porque fué mi tutora y me enseñó que todo lo que se aprende se lleva en el corazón. La extrañaré mucho, pues todos los días tenía un minuto de su tiempo para conversar conmigo en la puerta del Circulo Infantil. Un beso grande y muchas gracias delia, por dedicar tiempo para ella, bien que lo merecía. Muchas gracias