El derecho de reunión, manifestación y asociación está en la Constitución de Cuba, pero el Estado no puede reconocerlo si le falta el carácter lícito y pacífico, subrayó este 5 de noviembre el Ministerio de Justicia.
En declaraciones al diario nacional Granma, la directora de Legislación de ese organismo, Ana Ercilia Audivert, recordó que la Carta Magna establece en sus artículos 1 y 4 que Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, así como el carácter irrevocable del sistema.
La especialista reiteró que todo lo planeado en contra de estos acápites se considera una actitud ilegal.
El ejercicio del derecho de manifestación, plasmado en la Ley de Leyes, no respalda la marcha programada para el 15 de noviembre porque no se realiza en armonía con los presupuestos y principios constitucionales, enfatizó la experta.
Audivert Coello argumentó que la defensa a la Patria socialista debe primar sobre conductas provocadoras como la mencionada anteriormente.
De acuerdo con la especialista, esta acción tiene un carácter ilícito y sus fines pacíficos son cuestionables, a partir del antecedente que marcó el 11 de julio, así como por los intereses y actores que están detrás de la marcha.
Agregó que Cuba no es la única nación que establece límites a los derechos por interés de la seguridad nacional, el respeto al bienestar general, al orden y a la moral.
En lo referente a esta manifestación, el Gobierno de la nación caribeña subrayó su carácter subversivo y su alineación con los intereses de Estados Unidos.
Desde sectores de la ultraderecha cubanoamericana asentada en Florida hasta representantes gubernamentales de Estados Unidos explicitaron su apoyo a esta manifestación y reiteraron su deseo de que esta provoque un cambio de régimen en la isla.
En este sentido, especialistas de diferentes ramas sociales han alertado sobre la Guerra No Convencional o guión de golpe de Estado blando que se intenta aplicar en Cuba siguiendo los parámetros de una supuesta lucha no violenta.
COMPATRIOTA!
NO participe, apoye, acceda, colabore, ayude en las acciones de desestabilización, agresión, subversión contra su patria.
NO se preste al juego de los que sin tener nada concreto, llaman al disturbio, y la destrucción de todo lo que tenemos.
NO ofenda la memoria de sus tatarabuelos, abuelos, padres, hermanos. De los que derramaron su sangre.
NO de la espalda a los esfuerzos del gobierno por solucionar problemas acumulados resultado de años de riguroso bloqueo.
NO deje de participar en el desarrollo económico y social de la nación con su esfuerzo. Mientras haya paz todo será posible.
NO acuda a llamados de reuniones, concentraciones, marchas cuyos fines son dudosos y engañosos y cuyo objetivo encubierto es generar un clima de conflicto entre la población.
NO se dedique a escuchar a los que desde lejos a través de las redes sociales incitan al odio, la agresión, la ayuda humanitaria y la invasión, porque eso nunca ha dado nada bueno en lugar alguno.
NO ataque un sistema que se caracteriza, aunque le falten cosas por llegar a ello, por la igualdad, equidad, justicia social y ayuda a las mayorías. Eso que hoy buscan consolidar varios países de A. Latina.
NO se ponga en contra del futuro que pertenece a los pueblos.
NO contribuya a regresar a Cuba a aquel periodo de destrucción y muerte ya superado antes de 1959 que carecía de salud, educación, empleos y seguridad social.
Ponga su atención en los serios problemas que hoy tiene el planeta ante si como el cambio climático, el derroche de recursos naturales, la pobreza, el hambre y la falta de salud, agua, como resultado de políticas economicistas y neocolonialistas que en gran medida los han provocado los que hoy incitan a los cambios.