Hoy reabrieron sus servicios puertas adentro la mayoría de los Joven Club de Computación de la provincia, luego de meses sin que sus usuarios pudieran acceder directamente a las computadoras en ellos instaladas debido a las restricciones impuestas en el territorio por la pandemia de covid.
Yadisney González, subdirectora de Comunicación en la dirección de esa institución en el territorio, pormenorizó a Escambray que de las 28 instalaciones de este tipo existentes aquí una veintena van a retomar sus prestaciones habituales de forma presencial en distintos horarios.
Por el momento resulta imposible abrir las 24 horas como antes debido a limitaciones con la disponibilidad de energía eléctrica, pero los nuevos horarios abarcarán entre siete y catorce horas diarias de prestaciones para las personas naturales, además de que pueden variar en dependencia de la situación energética.
Por ejemplo, en el municipio cabecera, el Joven Club de Olivos III, que goza de gran demanda entre los usuarios, abrirá de diez de la mañana a doce de la noche, mientras que los ubicados en Colón, Agramonte y Guasimal solo prestarán servicios de una de la tarde a ocho de la noche.
Por su parte, el ubicado en Kilo-12 trabajará de ocho de la mañana a ocho de la noche; en tanto, el ubicado en el parque solo lo hará de ocho de la mañana a cinco de la tarde y por ahora no ofrecerá la posibilidad de que los usuarios accedan directamente a las computadoras.
Esa céntrica instalación por el momento solo brindará otros servicios: asesoría e implementación para adquirir la aplicación EnZona, de gran demanda como pasarela de pago en el comercio electrónico; copiar el producto cultural Mochila; vender la licencia del antivirus Segurmática; además de continuar el procesamiento de datos relacionados con la vacunación y la digitalización de los registros de las oficodas.
En la ciudad espirituana solo el Joven Club de Olivos II aún no ha abierto sus puertas, mientras que en el resto de los municipios comenzó la mayoría, con horarios que tienen en cuenta los momentos donde habitualmente se registra mayor demanda.
Los precios se mantienen como en la fecha en que estos centros detuvieron la mayoría de sus servicios por la compleja situación epidemiológica existente en el territorio.
Pero ni en los peores contextos estas instituciones cerraron a cal y canto, sino que continuaron con la atención a las personas jurídicas y, en menor medida, a la población con prestaciones que han contribuido a la informatización de la sociedad.
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