El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, reconoció el apoyo de Cuba a la Cruzada Nacional de Alfabetización en su país, al cumplirse este martes 41 años del inicio de aquella gesta cultural.
La primera gran tarea (de la Revolución Popular Sandinista) fue asumir la campaña de alfabetización y tuvimos el aporte inmediato como siempre del comandante Fidel, ellos ya la habían realizado después del triunfo de la Revolución (…) y les solicitamos experiencia y acompañamiento de maestros, reseñó el mandatario.
En la Cruzada se alistaron 95 mil 582 jóvenes y maestros, quienes en menos de un año redujeron la tasa de analfabetismo total en Nicaragua de 50.3 por ciento a 12.9, recordó.
Pero los resultados de aquella hazaña cultural que consiguió reconocimientos internacionales fueron revertidos por la gestión de los gobiernos neoliberales en el período 1990-2006.
Cuando el Frente Sandinista retornó al poder en enero de 2007 se encontró con que la tasa de analfabetismo había crecido hasta el 22.9 por ciento.
Otra vez con el apoyo de expertos cubanos, el nuevo gobierno retomó la tarea y mediante la implementación de la campaña ‘De Martí a Fidel’ el analfabetismo retrocedió hasta un índice del 4.7 por ciento, que según los estándares internacionales permitió declarar al país centroamericano libre de ese flagelo social.
Al referirse al escenario que hizo posible la Cruzada Nacional, el jefe de estado dijo que no se trataba de haber derrocado a una persona (el dictador Anastasio Somoza Debayle), sino a un modelo económico, social y político diseñado para favorecer a los ricos y aplastar a los pobres.
Entre los logros de su gobierno en los últimos 14 años, Ortega ponderó la existencia de un tendido de la educación universitaria que alcanza todo el territorio nacional e incluye hasta la enseñanza en lengua miskito a los jóvenes de los pueblos originarios en la Costa Caribe.
Casualmente este martes recibieron sus títulos de médicos interculturales 17 estudiantes miskitos, una de las etnias que habita la extensa y poco poblada región del Caribe nicaragüense.
Ortega finalizó sus palabras con un homenaje a los alfabetizadores que fueron asesinados por la contrarrevolución por el solo hecho de ser protagonistas del cambio social en Nicaragua.
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