Las embajadas de Cuba en Italia y la Santa Sede conmemoran este 19 de noviembre el aniversario 25 de la visita realizada a ambos Estados por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Del 16 al 20 de noviembre de 1996 transcurrió la visita del entonces presidente de la nación caribeña, quien en los dos primeros días participó en la Cumbre Mundial de la Alimentación convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Apenas unas horas después de su arribo a esta capital, el mandatario antillano pronunció un memorable discurso ante el plenario del evento en el cual afirmó que “el hambre, inseparable compañera de los pobres, es hija de la desigual distribución de las riquezas y de las injusticias de este mundo”.
¿Qué curas de mercurocromo vamos a aplicar para que dentro de 20 años haya 400 millones en vez de 800 millones de hambrientos? Estas metas son, por su sola modestia, una vergüenza, expresó.
Un cuarto de siglo después, son 811 millones las personas agobiadas por ese flagelo en el mundo, 160 millones de ellas empujadas hacia esa situación en 2020 por la pandemia de Covid-19.
Concluida la cumbre, donde se entrevistó con mandatarios y otras personalidades, el presidente cubano fue recibido por el presidente de la República Italiana, Óscar Luigi Scalfaro, el primer ministro, Romano Prodi, y el alcalde de Roma, Francesco Rutelli.
También sostuvo encuentros con empresarios y dirigentes del Partido de la Refundación Comunista, los Comunistas Unitarios y los Demócratas de Izquierda y el 18 de noviembre habló ante una entusiasta representación del movimiento de solidaridad.
“Cuenten siempre con nuestra gratitud, cuenten siempre con nuestra lealtad, cuenten siempre con nuestra firmeza, cuenten siempre con que sabremos mantener levantadas aquellas ideas que ustedes con tanta nobleza y generosidad han apoyado”, subrayó aclamado por los participantes en la actividad.
El líder histórico de la Revolución cubana fue recibido el día siguiente en la Biblioteca del Palacio Apostólico por el papa Juan Pablo II, con quien conversó en privado durante media hora. Tras el tradicional intercambio de regalos se reunió con el secretario de Estado, cardenal Ángelo Sodano, y recorrió la Basílica de San Pedro.
A continuación, ofreció un almuerzo a cardenales y otros dignatarios de la curia romana relacionados por algún motivo con Cuba y dejó constancia de la impresión que le causó la entrevista con el sumo pontífice.
Ha sido, dijo, un día excepcional en mi vida al tener la oportunidad de conocer a su Santidad que me causó una impresión inolvidable, con su personalidad, su bondad, su rostro noble, su forma de tratar.
Fidel Castro agradeció a los presentes “por todo, por muchas cosas”, incluido “el apoyo que han dado a la lucha contra la injusticia que significa el bloqueo” y “por el recibimiento amistoso y hospitalario que me han hecho”.
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