Por más adaptados que estén a las evacuaciones que, año tras año y por los más disímiles fenómenos hidrometeorológicos, emprenden los pobladores de Tunas de Zaza, El Médano y otras comunidades ubicadas aguas abajo de la presa Zaza, la de este 2021 resulta inusual debido a las circunstancias impuestas por las elevadas tasas de contagio de la COVID-19 que vive Sancti Spíritus.
Con las instalaciones que habitualmente acogen a los evacuados convertidas esta vez en centros de aislamiento para contactos de positivos y sospechosos de portar el SARS-CoV-2, y hasta en hospitales para pacientes de bajo riesgo, los tuneros se albergarán, fundamentalmente, en casas de familiares, amigos y, en última instancia, en escuelas de Guasimal y la capital provincial habilitadas para brindar refugio en condiciones de contingencia.
En todos los casos, resulta fundamental mantener las medidas higiénicas recomendadas para evitar en lo posible la dispersión de la COVID-19, entre las que sobresalen el aislamiento físico, uso obligatorio del nasobuco y, en este caso, la evacuación con los objetos de uso personal.
Y en la foto de portada que muestra el traslado inicial de las familias ya se aprecian 2 personas sin la protección de las máscaras. Imagine usted cuando se encuentren en los albergues.