La Empresa Agroforestal Sancti Spíritus logró revertir la escasa inactividad que durante unas dos décadas mantuvo la siembra de pinos, árbol principal en las zonas altas de la montaña; de ahí la trascendencia de concluir la reciente campaña de primavera con la plantación de unas 16 hectáreas en áreas de Topes de Collantes y Gavilanes, las que, junto a la parte alta de Planta Cantú, son las tres locaciones espirituanas con predominio de esta especie
Amparo Díaz Méndez, especialista de Silvicultura en la entidad, informó a Escambray la reanudación de un programa que, en el caso especifico de Topes de Collantes —considerado entre los tres mejores sitios de Cuba para la plantación de la especie—, prevé sembrar 10 hectáreas por año desde el 2021 hasta el 2030, lo que permitirá incrementar progresivamente las áreas de pino macho.
Señaló Amparo Díaz que hacía años no se sembraba el pino, al identificarse entre las problemáticas la carencia de un vivero de posturas allí mismo, ya que el único existente hasta ahora radica en Pitajones, distante de las zonas de siembra.
“Montamos un vivero en Topes de Collantes, donde las condiciones de microclima son las ideales para el desarrollo y la calidad de la postura; además, asegura el acercamiento a las áreas de siembra y contamos allí con la fuerza de trabajo para acometer estas actividades”, detalló la especialista.
El programa de plantación —añadió— está concatenado con la tala del árbol, de manera que es una siembra para reponer las áreas cortadas a raíz del uso maderable del pino. “Es un ciclo que no se puede perder, y esa eficacia en la reposición no se estaba logrando, por eso a partir de crear el vivero y la garantía de la fuerza de trabajo, se crean las condiciones para revertir ese comportamiento, de manera que lo que se tale, reponerlo”, precisó la especialista.
Se trata de una especie —explicó— con características específicas, toda vez que, a escala de vivero, desde que se echa la semilla hasta que esté la postura lista transcurren seis meses; más adelante se realiza un conteo para evaluar la eficacia de la siembra, y luego se dispone de un período de tres años para reponer las fallas de las plantas que mueren y certificar la nueva plantación; en tanto el desarrollo del pino para uso maderable demora 15 años.
Amparo Díaz informó que la actividad de plantación se extendió también a la zona de Gavilanes, en Fomento, donde se cubrieron unas seis hectáreas utilizando posturas logradas en el vivero de ese municipio, en tanto en Sancti Spíritus —zona alta de Planta Cantú— la siembra estuvo dirigida a reponer fallas de años anteriores.
Asimismo, comentó que la siembra estipula una separación entre 2 y 3 metros, en terrenos intrincados y difíciles por las pendientes de las lomas, de ahí que toda la preparación de de tierra, incluido el hueco para colocar la postura, sea de forma manual. “A partir de este año comenzaremos a cosechar la semilla en Topes de Collantes, por lo que cubriremos la demanda y tendremos esa independencia”, acotó la especialista forestal.
Esta Empresa Agroforestal si no estás con cuentos. Son de que hacen poco ruido…pero si muchas nueces !!!