Sancti Spíritus y la tercera oleada de la COVID-19

Sancti Spíritus ahora mismo parece un oasis. En medio de la más cruenta de las oleadas —si a estadísticas se refiere— de la COVID-19 que vive el país, la provincia viene a ser en estos tiempos una excepción, aunque la regla continúa siendo el reporte de casos diarios.

No es para tranquilizarnos. Si hacemos un recuento de los últimos cinco días —léase desde el lunes y hasta este viernes—, se puede apreciar que la curva de contagios por más que aparente descender termina, por lo general, empinándose.

Y serían suficientes los reportes: a la explosión de los 19 casos confirmados del lunes —donde se involucraron cuatro municipios: Cabaiguán, Sancti Spíritus, Fomento y Trinidad—, le siguieron tres el martes, cuatro el miércoles, uno el jueves (importado) y seis el viernes.

De los últimos diagnosticados llama la atención que repiten algunos lugares: Fomento (un caso), Sancti Spíritus (tres, dos de ellos sin fuente de infección precisada) y Trinidad (dos, uno de ellos importado).

Otra cuenta elementalísima nos pone sobre aviso: en cinco días se han diagnosticado más de una treintena de casos. Y lo más peligroso resulta que solo seis son importados. La trasmisión, como ha sucedido en otras oportunidades, la seguimos teniendo provincia adentro.

Rarezas resultan Taguasco y La Sierpe donde hasta ahora, por suerte, no se ha diagnosticado nadie. Pero, a diferencia de tal exclusividad, un trío de territorios sigue por encima de la tasa de incidencia de casos confirmados de la provincia: Cabaiguán, Fomento y Sancti Spíritus, lo cual apunta a una proporción: a elevadas tasas mayor complejidad.

Si bien ayer en su habitual comparecencia en el Noticiario en Marcha, de la televisión local, la doctora Annie Fernández, asesora del programa de Infecciones Respiratorias Agudas y Tuberculosis, informaba que se habían cerrado seis controles de focos, aún los sucesos de este tipo activos superan la veintena y se distribuyen por seis de los ocho municipios de la geografía espirituana.

Otro dato abre también no pocos puntos suspensivos: las muestras pendientes de PCR a analizar supera el centenar y ello implica, más que personas en ascuas, el posible alargamiento de las cadenas de contagios.

Podría decirse que los riesgos acechan por todos lados: las tres provincias limítrofes con elevada trasmisión de la enfermedad, los 158 viajeros que aún permanecen en vigilancia en la Atención Primaria de Salud —este año ya han entrado más de 750 viajeros al territorio provincial y de ellos ocho han resultado positivos, la mayoría en el primer PCR—, las más de 190 personas que se hayan ingresadas en los 25 centros de aislamiento, de las cuales una cifra superior a 60 son sospechosos de padecer el nuevo coronavirus…

Sancti Spíritus, repito, hasta ahora no está en el peor de los momentos vividos aquí a causa de la pandemia. Aun cuando, dos municipios hayan retrocedido a la fase tres de la recuperación y la curva de contagios siga oscilando de un día a otro, las autoridades sanitarias han asegurado que aún se evidencia un control de la epidemia.

No obstante, nada debe hacernos dormir a piernas sueltas. Habrá que seguir esforzándonos demasiado para no caer en lo que dicta el refrán: a la tercera va la vencida.