Tengo ante mí a una cubana con bríos para el trabajo, todavía medio guajira, que mira y habla de frente; seria, ríe poco, intolerante con lo mal hecho, enemiga de la chapucería y del incumplimiento; una mujer con filo en la palabra, de un carácter que inspira respeto, asequible aunque no lo parezca, que ha conquistado el podio de los resultados, con cierta fama de dama de hierro, cuando en realidad la mueve el sentido humano y tiene en el quehacer administrativo y social su mejor obra de servicio público.
Estoy frente a una madre y esposa que se acerca al medio siglo de vida laboral, capaz a los 64 años de cursar una segunda carrera universitaria; exigente, organizada, que ha hecho del trabajo en equipo una herramienta de dirección y encuentra en la sombra de un árbol la cura del estrés o del agobio; alguien que no acepta, ni en broma, ser considerada el ombligo de la empresa que dirige.
“Solo soy una trabajadora con cargo”, así se define María Elvira Dávila Viamontes, directora desde hace 15 años de la Empresa Flora y Fauna Sancti Spíritus, una entidad a la que llegó para cumplir una tarea, sin saber entonces que se reencontraría con las raíces de La Gloria, un paraje rural medio perdido en la geografía montañosa de Yaguajay; tampoco que el destino le tejería un horizonte de ocupaciones administrativas, sociales y militares que apenas le dejarían tiempo para disfrutar lo que más le gusta en la vida: “Sentarme a la mesa a comer con mi familia, un lujo que pocas veces me puedo dar”.
¿Cómo inició su vida laboral?
Nací en La Gloria en 1957 y vine para Meneses con cinco años. Ese origen y la educación de mis padres me han servido mucho en mi vida. Empecé a trabajar con 17 años en la Oficoda de Meneses; luego pasé al Poder Local en la propia localidad, por esa época era municipio en la antigua provincia de Las Villas.
Con la nueva División Político-Administrativa en 1976 surgen la provincia de Sancti Spíritus y Yaguajay como municipio, entonces paso al órgano de gobierno de la cabecera municipal, a la vez que estudiaba técnico medio en Contabilidad. Posteriormente integré el colectivo iniciador del Centro de Cálculo de Yaguajay.
En 1989 ya estaba creada la unidad de Flora y Fauna Jobo Rosado, el embrión de esta actividad en la provincia, y me mandan a trabajar allí en el área de Contabilidad, luego me desempeñé en varios puestos del Departamento Económico, hasta que en el 2006 me designan directora. Ya para esa fecha era una unidad territorial para la protección de la flora y la fauna.
¿Cual es la clave para tener coherencia laboral y resultados en una empresa con misiones tan definidas y diversas?
Sacar tiempo para todo, pero lo primero es que he tenido una bonita familia, el apoyo de mi esposo y mis hijas, buenos vecinos y compañeros de trabajo; sin esa retaguardia no existiera ningún resultado. El logro de Flora y Fauna no es de Elvira, es de todos los trabajadores de la empresa.
En mi vida hay tres cosas importantes: mi familia, la Revolución y mi trabajo, son los tres deberes a los que les dedico todas mis energías y no me acepto quedar mal con ninguno; lo otro es que para mí no existe tarea difícil, nada me detiene, ni los huracanes y hasta me he arriesgado más de lo cualquiera imagina para evacuar personas. Cuando los trabajadores me dicen: “Elvira, eso no se puede hacer”, les digo: Vamos a intentarlo, y salgo al frente.
En Flora y Fauna hemos enfrentado tareas fuertes, como cuando nos pasaron hace más de una década entidades de la Agricultura y el sector azucarero que estaban en quiebra económica; pero se lograron transformar los problemas con exigencia, control y trabajo de muchas personas alejadas de las familias, hasta albergados y pasando necesidades; hoy todas son unidades sin pérdidas.
Es importante estar enamorado de lo que uno hace, tener trabajadores y direcciones consagradas, los principios del trabajo bien identificados, porque no es destruir, acabar, lucrar, ni estar recibiendo beneficios a cambio de lo que se está haciendo.
Soy una persona que prefiere hacer antes que hablar, por eso me ha gustado siempre escuchar a todos y tratar de aprender de ese criterio colectivo. Siento satisfacción cuando visito a los carboneros metidos en medio de un marabuzal, pasando trabajo, o voy a la montaña a ver a los que trabajan allá.
Sé que tengo encima una responsabilidad, pero no es una jerarquía para maltratar, ni para creerme superior a mis compañeros, sino para organizar, dirigir y entre todos hacer las cosas bien hechas, esa es la verdadera clave de Flora y Fauna, una empresa que lleva 28 años con la condición de Vanguardia Nacional.
¿Dirigir Flora y Fauna le ha copado la vida?
Me ha quitado tiempo con mi familia, incluso creo que no les he dado a mis dos hijas la atención que debía, a pesar de que son dos buenas profesionales; pero me siento satisfecha porque cuando ganas dignidad con el trabajo eso nadie te lo puede quitar.
Dirigir durante15 años la empresa ha sido una tarea muy fuerte, me ha exigido al máximo y me ha costado enfermar, pero lo hemos hecho con amor, con deseos; problemas nunca han faltado, en el trabajo y en la casa. A veces me reclaman cuando me voy por la mañana y son las tres de la madrugada y no he regresado; me dicen: “Te estás maltratando, ¿tú crees que vale pena?”; siempre digo: Sí, vale la pena porque lo disfruto, lo siento, lo quiero, y porque cada cosa buena que hago para mi empresa, mi pueblo y mi Revolución a mí me da satisfacción, y lo que da satisfacción no mata.
¿Es una directora de oficina, apegada a la burocracia?
Para nada; claro, siempre hay que dedicar un tiempo a los papeles y algunas reuniones. He preferido el campo, caminar, estar con los trabajadores, revisar las tareas, es que vista hace fe.
Tiempo atrás estudié Licenciatura en Contabilidad y Finanzas, en estos momentos estoy cursando, junto a otros compañeros de aquí, la Licenciatura Sociocultural para el Desarrollo; sí, a los 64 años es útil la universidad, y lo principal es que jóvenes que aquí no querían incorporarse al estudio lo hicieron, personas que sentían poco necesario estudiar ven que sí es importante porque tienen por delante años de trabajo y pueden aportar mucho más.
No se puede dirigir con el “hagan lo que yo diga y no lo que yo hago”, hay que ser ejemplo, ponerse el frente de la tarea, demostrarla, llegar primero. Hay que tener modestia, compartir con el colectivo, que no te importe coger la escoba y barrer, o servir un vaso de agua a otro, atender a cualquiera en cualquier lugar, no soy de protocolo.
Por eso yo digo siempre que nunca voy a llegar a ser directora, estoy en este cargo hasta que lo entiendan y crean; es que si usted tiene un problema no necesita pedir un despacho ni nada de eso, lo atiendo al momento, lo mismo en mi casa que en la empresa. Todavía no me creo que soy la directora de Flora y Fauna, te repito, solo soy una trabajadora con cargo, me dieron una tarea por encima de ellos, no siento más nada que eso.
¿Se considera el ombligo de Flora y Fauna?
Ni de Flora y Fauna, ni de mi casa, ni de nadie; lo que sí siempre fui libre y soberana; por ejemplo, mi esposo y yo tenemos buena relación, pero yo soy Elvira y él es Alfredo.
Se dice que es una directora exigente…
Exigir es lograr que todo el mundo haga lo que le toca; pero no es obligar, gritar, imponer porque soy la que manda; es que la gente por sí sola sepa cómo hacer las cosas y se hagan bien. Exigencia es también capacitar a las personas hasta que aprendan, me gusta exigir persuadiendo.
En Flora y Fauna el mando es único, pero la decisión es colectiva y para tomar cualquier medida reúno a las personas relacionadas con esa área y todos nos sentamos a analizar. Ha pasado que en mi consejo de dirección mi criterio ha estado equivocado, mis compañeros han tenido la razón; he rectificado el punto de vista.
Acepto las críticas y me las hacen a menudo, todas las analizo; cuando alguien está hablado de algo que estoy haciendo que no es lo correcto, lo escucho, nunca rebato; pienso que por algo me lo están diciendo. Aprendo de las críticas y muchas me han sido útiles.
Me gusta que las cosas salgan bien hasta el detalle, que todo quede bonito y organizado. Son de las cosas que más miro cuando llego a una unidad, y regaño cuando no están lo mejor posible.
¿Sabe que de lejos se le ve como una mujer recia, inaccesible para muchos?
Varias veces me lo han dicho; cuando las personas me conocen y hablan conmigo, descubren otra Elvira que no es la de esa impresión de mujer dura; aclaro que hay una sola Elvira, no tengo dos personalidades.
No dispongo de mucho tiempo para la vida pública, pero cuando lo hago tengo mi forma, camino callada, no me meto con nadie; cuando alguien me necesita, va a mi casa o viene a la empresa, ahí estoy. Hace unos días un abogado en Trinidad me dijo: “Me alegra haberla conocido, porque la imagen que yo tenía suya no es la de esta persona que ha hablado conmigo hoy”.
Muchas veces me he hecho la pregunta de por qué me ven así; no sé si es porque soy seria, no tomo, no fiesteo, no bailo en la calle, no tengo ese ambiente de vida. Será por esas cosas, porque el poco tiempo que me deja libre el trabajo se lo dedico a mi familia; lo que sí nadie me va a quitar nunca es ser humana, ayudar a las personas y el dolor de otro hacerlo mío también.
No quiere decir que cuando tengo que enfrentar problemas grandes y ser fuerte no sea enérgica; reconozco que no tengo miedo para encarar cualquier tarea, y te digo mis puntos débiles: los hospitales, la funeraria y el cementerio, esos lugares me deprimen mucho.
Me gustaría morirme tal y como he sido, que nada empañe mi dignidad, quien quiera acercarse a Elvira que no se frene porque sea seria, es que llevo tantas ocupaciones encima que esa parte de la sonrisa no la tengo, a veces hasta agradezco cuando alguien me hace reír, así es mi personalidad; pero no existe la dama de hierro por la que una vez me preguntaron, ni una coraza que me aleje de mis compatriotas, soy un ser humano como otro cualquiera.
Nunca me ha interesado detenerme a pensar cómo soy, tampoco he perseguido la jerarquía ni el elogio, lo que me ha importado en mi vida es mi familia, trabajar y ser útil a mi país.
Se ve claro que en los paises nordicos, donde hay una elevada participacion de la mujer en los niveles de direccion y produccion del sistema, la vida se facilita mucho mas que por ejemplo en Espana, donde es muy inferior la calidad de vida, esto ha hecho que medicos cubanos (formados en Cuba ) viviendo y practicando en Espana, se hayan mudado con su familia a Noruega y otros paises nordicos a pesar del clima. Una cubana que deportaron de Suecia por ilegal a Miami me dijo que la calidad de vida alli era muy superior a la que encontro en Miami y que planeaba regresar porque dejo al hijo casada con una sueca. Uno de los graves problemas en Estados Unidos lo encuentras en el Congreso donde la mayoria son octogenarios masculinos y lo mismo pasa en la direccion de empresas. Cuba esta retrasada con respecto al potencial de las fuerzas productivas y su fondo matematico academico en la poblacion debido a que aun no incorpora a la mujer.
Hay un problema capital en Cuba y es la necesidad de incorporar la mujer a los niveles de direccion de la economia y en la produccion, mientras Cuba sea un pais de hombres dirigentes no se desarrollara, sobre todo en medio de una guerra mundial (la pandemia) de la cual aun no se sabe el final por ausencia de vacunas en la mayoria de la poblacion mundial. Tienen que convercerse asimismos que estan en una guerra y que para enfrentar ese desafio, sin la mujer, pueden darla por perdida. Tienen que redisenar la economia interna dirigida a facilitarle la vida a la mujer fundamentalmente, a liberarla de labores domesticas para que pueda enfocarse en el trabajo. Deben abrir mas circulos infantiles.
Después de haber leído este trabajo de Camellón, sólo quisiera expresar que ésta sencilla, enérgica y ejemplar mujer , cubana y con sus pies en la trinchera del deber, es ejemplo a seguir x muchos cuadros administrativos y de dirección. Madre y esposa ejemplar. Quisiera tener el placer de conocerla personalmente. Mi saludo y respetos para ella y las gracias al periodista.
A quienes la rodeamos, que la conocemos, muchas veces nos sorprende con sus deseos de hacer, de no detenerse. De ahí su permanente convocatoria, y la base de sus éxitos. Es así sencillamente una trabajadora a los ojos de sus compañeros.
Esa es la Elvira q conocemos los trabajadores de Flora y Fauna. Incansable, luchadora, humana,solidaria, valiente. Tiene el respeto y admiración de todos.
Elvira es una de esas cubanas que uno quisiera conocer algún día y más que eso tenerla cerca. El periodista logró un trabajo en detalle y eso se lo agradecemos. Hay algo que sin dudas da cuentas de su personalidad y como ella dice «nadie se lo puede quitar» y es lo humano. Lo digo con conocimiento de causa.
Tengo mucho que agradecerle a esa gran mujer….
Cuando se habla de Elvira, se habla de una mujer de una sensibilidad extraordinaria, difícil de igualar, pero no imposible. Quien la conoce como yo desde hace muchos años nos damos cuenta que no hay tarea que se niegue a su realización, incluso algunas sociales que nada que ver con su organización pero que presta su atención por que es parte de ese pueblo que disfrutan
Cuanta verdad encierra ese escrito, gracias a José Luis Camellón, por tener la dedicación de entrevista nuestra directora, creo que hay muchas más anécdota por escribir y decir de Elvira.