Durante este último mes de 2021 las hospitalizaciones pediátricas en los Estados Unidos por contagio con la variante ómicron del coronavirus se han elevado de forma significativa, con un aumento promedio en todo el país de un 35 % tan solo en la última semana.
De acuerdo con CNN dicha variante, altamente transmisible, en combinación con la temporada navideña ha provocado que se infectaran más niños que nunca en todo Estados Unidos.
«Creo que registraremos más cifras que nunca», dijo al medio el doctor Stanley Spinner, director médico y vicepresidente de Texas Children’s Pediatrics & Urgent Care en Houston, quien alertó, además, sobre la posibilidad de un incremento mayor de casos confirmados.
«Puedo decir que prácticamente todos nuestros niños hospitalizados no han sido vacunados o no están completamente vacunados, tal vez hayan recibido una dosis pero no la segunda y no tengan la protección completa de la vacuna», detalló Spinner.
Por su parte, el doctor Juan Salazar, médico jefe del Centro Médico Infantil de Connecticut en Hartford, afirmó que los niños son un blanco fácil para el virus. «Está afectando a comunidades más grandes y ciertamente está afectando a los niños de una manera que no habíamos visto antes», acotó.
Al respecto, el Doctor en Ciencias Daniel García Rivera, Jefe de Laboratorio de Síntesis Química y Biomolecular de la Universidad de La Habana, expuso en su perfil de Facebook que cuando la Mayor de las Antillas decidió vacunar a su población infantil con Soberana se catalogó a los científicos de la nación de locos.
«En ese momento nadie en el mundo había anunciado esa estrategia, al menos el día que yo lo escuché sentado en una salita del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), ningún fabricante había iniciado un ensayo en niños», comentó.
«La verdad, muchos pensaban que no hacía falta, los niños se infectaban de COVID-19 sí, pero en general era muy leve, ya se inmunizarían por la vía natural», señaló García Rivera.
Es por ello, precisó, que la hipótesis cubana ha demostrado ser cierta. «Una vez vacunados los adultos, los niños quedarían no solo como la principal fuente de transmisión, sino también en mayor riesgo que los mismos adultos», aclaró.
En tal sentido, manifestó que la decisión fue vacunarlos a partir de los 2 años, y no es que antes no hiciera falta, pero los niños cubanos reciben tantas dosis de vacunas en los primeros 2 años que iba a ser muy complicado rediseñar un nuevo esquema de vacunación para esa edad, además de que llevaría un estudio largo y profundo, con niños que hay que tener el máximo de los cuidados.
«La vida dice que fue tronco de estrategia (la cubana), claro de unos estrategas que llevan años haciendo vacunas para niños. La hipótesis…., bueno, sabemos que hay algo que muchos olvidan y otros desprecian, se llama experiencia, y la biotecnología cubana la tiene», sentenció el prestigioso investigador.
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