Una simple llamada telefónica rompió el hielo para concertar la entrevista con Tamara Franco Magdaleno, gerente de Imagen y Desarrollo de la Sucursal Artex Sancti Spíritus, en la que hablamos de las energías positivas, de su pasión por la especialidad que estudió: licenciatura en Defectología, de sus inicios como primera secretaria del Buró Municipal de la UJC, luego funcionaria del Comité Nacional; el regreso a Trinidad, el reto de desempeñarse como directiva de una empresa en constante evolución y de su participación como delegada en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril del 2016.
“Los documentos se estudiaron a profundidad previamente y después durante las sesiones de trabajo. En en mi condición como secretaria del núcleo de la Casa Matriz tuve también la posibilidad de debatirlos no solo con los militantes, sino con el resto de los trabajadores y muchos de los aspectos evaluados se adaptaron a nuestro contexto; fue una experiencia enriquecedora también en mi preparación política y como cuadro.
“Ser parte de ese acontecimiento nos dio la posibilidad de sentirnos orgullosos de ser cubanos, de ser militantes comunistas, de abrazar las ideas y los principios, la ética y los valores del Partido, que es el alma de la Revolución. Tuvimos además la oportunidad de tener un encuentro con los Cinco Héroes y verlos con esa humildad y nobleza. Eso me hizo ser mejor persona, más revolucionaria y más cubana”.
Todos esperaban a Fidel en la clausura del Congreso. Cuando llegó, ¿qué emociones sentiste?
Eso fue un momento inolvidable, fue una luz, irradió el amor más fuerte del mundo, dijo que era el momento más importante de nuestra vida como militantes y tenía toda la razón. Con la más profunda convicción ratificamos nuestro compromiso con la Revolución, con la Patria, con la dirección histórica y su continuidad porque ahí estaban Fidel, Raúl y Miguel Díaz-Canel.
“No solo las mujeres lloramos, muchos compañeros también, lo aplaudimos durante más de cinco minutos, nos habló como un padre que indica el camino a seguir, para hacernos entender cómo debíamos cuidar al mundo, porque el Comandante en Jefe fue un visionario; iba al futuro y regresaba, como dijo alguien. Nos alertó sobre el peligro de la extinción de la raza humana y hoy estamos viviendo la amenaza de la pandemia.
Pienso mucho en sus palabras; el nuevo coronavirus es un enemigo mundial y ese día nos habló de ese peligro; y si nuestra isla hoy exhibe los cinco candidatos vacunales se lo debemos a él, ahí está el legado de Fidel, porque insistió siempre en que Cuba debía convertirse en un país de hombres de ciencia.
¿Cómo percibes los nuevos desafíos de la organización política de vanguardia, del pueblo, de los jóvenes?
Nuestra sociedad siente mucho orgullo por sus jóvenes; ahora mismo en esta situación sanitaria los hemos visto crecerse, pero ellos a lo largo del proceso revolucionario han enfrentado tareas esenciales. En la batalla por la educación, gracias a la cual Cuba logró ser el primer país libre de analfabetismo de América Latina, la misma juventud que estuvo en Playa Girón, que participa en las grandes tareas de la economía, la defensa y hoy se encuentra en los centros de aislamiento, en las zonas rojas, en las terapias intensiva; eso nos llena de regocijo”.
El VIII Congreso tiene lugar en circunstancias muy complejas…
En el orden económico Cuba vive la tarea más compleja de toda la historia y lo estamos haciendo con mucha dignidad a pesar de las dificultades. El mayor mérito es la capacidad de la máxima dirección del país de rectificar cuando algo no sale bien, de escuchar al pueblo y eso da mucha confianza y certeza de que saldremos victoriosos.
Nunca hemos visto a esa dirección flaquear, ni siquiera ahora que se han arreciado el bloqueo y la subversión enemiga dentro y fuera de la isla. Por eso considero que esa continuidad histórica está presente y juntos seremos capaces de mantener las ideas de nuestro proceso revolucionario, iniciado el 10 de octubre de 1868, del Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí.
Participar como delegada por Trinidad al VII Congreso del Partido fue una experiencia enriquecedora que me compulsa siempre a entregar lo mejor de mí en aras de contribuir al desarrollo de una sociedad socialista y lograr mantener las conquistas alcanzadas. Me exige también ser ejemplo, a entregar mi creatividad y esfuerzo para que Cuba avance en el orden económico, político y social porque lo más importante para nosotros es la Revolución y la Patria.”
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