Aunque el judo también tiene opciones reales de subir al podio el próximo 27 de julio, ese día el talentoso Rafael Alba estará en competencia para buscar una presea en los más de 80 kg del taekwondo olímpico. Casi a punto de cumplir 28 años y con tres preseas mundiales y seis en torneos continentales, el caribeño es la esperanza cubana en este deporte.
A su vez, en el tenis de mesa dos jóvenes llegan a la ciudad japonesa por méritos propios y buscarán allí darle a Cuba la primera victoria en este deporte bajo los cinco aros. Para unos y otros los objetivos son muy diferentes, pero estarán en los Juegos Olímpicos por méritos y talento. Con estos dos deportes Cubadebate continúa su mirada a lo que pudiera suceder en poco menos de un mes durante la máxima reunión del deporte mundial.
Rafael Alba: ¿Nuestro primer medallista en Tokio?
Luego de que en Río 2016 por primera vez el taekwondo cubano se fuera sin medallas tras la incursión en sus quintos Juegos Olímpicos, el superpesado Rafael Alba intentará retomar la tradición en Tokio 2020. Para ello llegará a la capital japonesa con el título de campeón mundial defensor, un rendimiento que también consiguió en 2013 y le otorga un puesto entre los varios favoritos para conquistar la gloria bajo los cinco aros.
Inscrito en una división sumamente compleja, toda vez que agrupa a competidores de varias categorías en la general de más de 80 kg, el antillano peleará en Japón en sus segundas olimpiadas. Hace cinco años ganó su primer combate, pero cedió en cuartos de final ante el uzbeco Dimitry Shokin y quedó por detrás de sus propósitos pre competencia.
Ahora Alba estará a Tokio con la tradicional escasez de fogueo de los taekwondocas cubanos, aunque en este 2021 tiene a su cuenta el título en el Campeonato Panamericano, una cita que le sirvió además para probar en competencia el nuevo equipamiento electrónico que será empleado en los Juegos Olímpicos.
Asimismo, otra vez se enfrentó al estadounidense Jonathan Healy, uno de sus rivales más sólidos de cara al podio estival. Junto al norteño, Alba igualmente deberá lidiar con el empuje de hombres como el británico Mahama Cho, el subtitular mundial mexicano Carlos Sansores, el iraní Sajjad Mardani o el titular olímpico Radik Isaev.
Frente a Cho el caribeño tiene balance de una victoria y una derrota, mientras que en sus encuentros particulares domina al mexicano, al norteño y al propio azerí Isaev. En este caso, falta por ver cómo el sorteo definitivo lo beneficia o lo desfavorece, sobre todo a partir de su poca acumulación de puntos para incluirse en los primeros puestos del escalafón.
De cualquier manera, Alba no tendrá un camino sencillo si pretende acceder al podio y concretar una presea que en su caso es esperada. Talento, opciones e historial tiene. Solo resta esperar al 27 de julio para comprobar si puede darle a Cuba si primera medalla en Tokio.
Tenis de mesa: El mérito de la presencia olímpica
Desde hace 21 años Cuba no disfruta de la presencia de una mujer en el tenis de mesa olímpico. Asimismo, jamás alguno de sus jugadores ha ganado un partido. Son dos realidades que se propone cambiar la jovencita Daniela Fonseca durante su presencia en el torneo individual femenino, un evento al que clasificó tras una actuación de altos quilates en el preolímpico Latinoamericano de hace poco menos de tres meses.
Aunque posee capacidad y empuje, para la criolla la sola presencia bajo los cinco aros ya significa un éxito incuestionable. En tal sentido, en la urbe japonesa su meta no debería ser otra que jugar lo mejor posible, esforzarse al máximo y sobre todo no perder el ímpetu que muestra en cada una de sus presentaciones. Si llega una victoria en la ronda de apertura, ya sería un sueño cumplido.
Mientras tanto, Daniela se unirá a Jorge Moisés Campos para competir en el debut olímpico del doble mixto. Justamente en esa disciplina Cuba pudiera tener las mayores opciones de aspirar a un triunfo, sobre todo si el sorteo les sonríe y ambos jugadores engranan como mismo lo hicieron en el preolímpico regional.
Tanto para uno como para otro, su incursión bajo los cinco aros llega como premio al esfuerzo y la constancia de uno de los deportes que más fogueo necesita para incursionar en la élite. Para Daniela y Jorge Moisés significa también otra oportunidad para probarse a sí mismos y demostrar a cuánto más pueden aspirar.
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