La Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios ofrece luz verde a los proyectos para la salvaguarda del patrimonio edificado en Trinidad, pese a las secuelas de la pandemia, el cerco comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba y el déficit de recursos que respaldan estas acciones, hoy muy escasos en toda la geografía insular.
La reanimación de la calle Independencia —en la llamada zona de amortiguamiento del Centro Histórico— sobresale por la magnitud de los trabajos y las mejoras en las condiciones de vida de los vecinos de esta arteria, que se beneficia con un proyecto de intervención en más de 130 viviendas —primera y segunda crujías—, además de las redes hidrosanitarias, las aceras y el empedrado.
La iniciativa ha transitado por varias etapas de ejecución y cuenta con la colaboración de organismos internacionales que aportaron financiamiento y recursos deficitarios en Cuba, como la madera y la pintura. Este año alrededor de 40 viviendas, bodegas y otras entidades de encargo social —ubicadas entre las calles San Antonio y Tornero— recibieron los beneficios de la restauración.
Yamilka Álvarez Martínez, directora técnica de la Oficina trinitaria, declaró a Escambray que, en medio del contexto epidemiológico que pone en tensión al municipio, avanzan las labores en cuatro cuadras más de la referida calle Independencia, con prioridad en los inmuebles de mayor grado de deterioro estructural. La reanimación favorecerá, asimismo, el espacio público del área aledaña al monumento de los Dos Cañones y la bajada para la comunidad de La Pastora.
Álvarez Martínez agregó que, con una fuerza de trabajo mínima y horarios restringidos, se retocan las vallas de acceso a la ciudad y la Alameda de Concha, al tiempo que se mantienen algunas acciones constructivas en la antigua Escuela de Enfermería, futura sede del Hogar Materno Municipal, y en el poblado de Manaca Iznaga.
Y ¿ya hay agua?