De mantenerse la trayectoria actual de la ahora tormenta tropical Elsa, el municipio de Trinidad, al sur de la provincia espirituana, podría ser el punto de entrada al territorio nacional de este fenómeno atmosférico, que con más de una coincidencia recuerda los días aciagos vividos tras el impacto del huracán Dennis el 8 de julio de 2005.
Esta vez, con un riesgo añadido: el complejo escenario epidemiológico a causa de la COVID-19 y la alta transmisión del virus responsable del incremento del número de enfermos en la sureña localidad, donde se crearon las condiciones para la atención de pacientes positivos al virus SARS-CoV-2 en dos instalaciones.
Por ello, las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en el territorio —ya en fase informativa— insisten en el cumplimiento de todas las medidas encaminadas a proteger las vidas humanas, además de los recursos familiares y de la economíaante los posibles embates del evento meteorológico.
Desde horas tempranas de este sábado comenzó el acopio de productos agrícolas, entre ellos, el plátano y el maíz, para iniciar inmediatamente su distribución a la población. Asimismo, se agiliza la venta de la canasta básica en todas las bodegas del municipio, que prestarán servicios también el domingo hasta la una de la tarde.
Como parte de las acciones se certifican los centros para la protección de las personas que residen en zonas con peligro de inundaciones y no puedan permanecer en casas de familiares y amigos. En la cabecera municipal estos son las escuelas secundarias Pedro Lantigua, Carlos Echenagusía y Julio Sotolongo, y en Casilda, la Mario Guerra.
En el caso de los asentamientos rurales, la vicepresidenta del Consejo de Defensa municipal, Tania Gutiérrez Fontanills, explicó que se actualizan los datos, pues el estado constructivo de no pocas viviendas ubicadas en esas zonas ha mejorado gracias al programa de reanimación de comunidades impulsado por el gobierno local. No obstante, medios de transporte y fuerzas se encuentran listas para iniciar —en cuanto se decida— el traslado de personas a lugares seguros.
Los diferentes subgrupos de trabajo puntualizan las medidas que garantizan la elaboración de alimentos, el abasto de agua, la electricidad en centros imprescindibles y las comunicaciones, sobre todo en las áreas afectadas por inundaciones a causa de las crecidas de los ríos o penetraciones del mar, como Casilda, Meyer, Topes de Collantes, FNTA, Magua, entre otros poblados.
También se encuentran a buen resguardo las embarcaciones turísticas de las marinas Marlin y de Gaviota, así como las dedicadas a la captura de la langosta y de especies de escamas, que desde este viernes regresaron a tierra, junto a los barcos y chalanas de los pescadores particulares.
Todos preparándose para el impacto del huracán y guardando la alimentación, no pueden quitar la electricidad en estos momentos porque siempre en el horario del cruce de las tormentas hay que quitar la electricidad , por lo que no es conveniente un apagón programado para proteger lo que tienen los fríos ya que no sabemos los daños que podía traer ELSA.