Latinoamérica triplicó los índices de inseguridad alimentaria severa en 2020 respecto al año anterior, pues hoy viven 10 millones de personas afectadas por ese flagelo, advirtió la organización no gubernamental (ONG) Acción contra el Hambre.
En su más reciente informe el ente señala que esta situación eleva las alertas sobre la falta de redes de protección social en la región para paliar el impacto de la pandemia de la COVID-19.
Agrega que esa enfermedad llevó a 10 millones de personas a situación de inseguridad alimentaria severa, casi triplicando la cifra de 2019 cuando eran 3,4 millones, según estadísticas de Naciones Unidas.
Acción contra el Hambre considera que ‘sin redes de protección sólidas en forma de subsidios, la enfermedad supone una condena al hambre para quienes vivían al día en la economía informal, han perdido su empleo o encuentran alimentos cada vez más caros en los mercados’.
El texto precisa que Latinoamérica registró el año pasado el mayor aumento de inseguridad alimentaria del mundo, un escenario que evidencia cómo la falta de políticas y mecanismos de protección para los más vulnerables tiende puentes directos entre la COVID-19 y el hambre.
También precisa que la pandemia generó 45 millones de nuevos pobres en la región, la cual concentra casi una tercera parte de contagios en el mundo, pese a tener menos del 10 por ciento de la población mundial.
La ONG lucha contra las causas y los efectos del hambre en torno a cuatro ejes de intervención: nutrición, salud, seguridad alimentaria y agua y saneamiento.
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