Lo que pudo parecer una quimera ya casi es un hecho concreto. La Biblioteca Municipal Rolando Hernández Lemus, de Fomento, cuenta con gran parte de su fondo bibliográfico digitalizado.
“Están ya listos los de las salas infantil, juvenil y el departamento de extensión bibliotecaria, nos falta el de las salas de literatura y general”, explica Ángel Martínez Niubó, su director.
En un período de aparente calma profesional, tras más de un año con la presencia de la COVID-19, el colectivo pudo materializar una idea, que como todo lo nuevo encontró en un primer momento algunas miradas de reojo.
“Hubo temor porque las bibliotecarias preguntaban por el destino de los catálogos impresos, pero ya eso se superó, incluso, se ha previsto hacerlos impresos en buenas cartulinas y conservarlos en el departamento de procesos técnicos.
“Las propias ventajas de la digitalización demostró que era el camino correcto. Desarrollamos un programa que registra a todos los autores, títulos y materias. También permite conocer los libros según las editoriales y, si está prestado, quién lo tiene y cuándo debe devolverlo”.
Para Ángel Martínez Niubó, reconocido escritor, estos resultados tuvieron dos responsables claves: “Las competencias profesionales del colectivo y el informático, quien, incluso ya no vive en Fomento y desde la distancia nos ayuda ante cualquier duda”.
Hasta este momento se desconoce de otra biblioteca municipal en nuestro país involucrada en ese tipo de labor y entre las de carácter provincial se tiene como referencia la de Las Tunas.
“Nuestros objetivos son desarrollar y modernizar los servicios bibliotecarios a fin de que cada vez lleguen a un mayor número de usuarios con más rapidez y precisión. Nuestro próximo paso es que desde fuera de los perímetros de la institución el lector tenga acceso a esa información”.
A fin de no distanciarse de sus usuarios, este colectivo ha buscado múltiples alternativas para que la literatura sea una fiel acompañante en tiempos tan complejos como los que vivimos.
“Tenemos una biblioteca digital amplísima. Son más los títulos en ese formato que en el impreso. Además, como tendencia, sabemos que se lee más también en los textos que pueden llevarse en diferentes soportes tecnológicos. Quienes nos lo solicitan acceden a ellos mediante las aplicaciones de mensajerías como WhatsApp y Telegram o memorias flash. Y como atractivo para los lectores menores de edad contamos con audiolibros”, concluyó Niubó.
La Biblioteca Municipal Rolando Hernández Lemus cuenta con valiosos y diversos fondos bibliográficos y, como ocurre en la mayoría de las instituciones de su tipo, su menor volumen está en los textos dedicados al público infantil.
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