Según la Ortografía de la lengua española (OLE), cuando los prefijos inciden sobre una sola palabra, se escriben soldados a esta, como ex- en exjefe o vice- en vicerrector. Por el contrario, si afectan a varias palabras, se separan: ex capitán general y vice primera ministra.
Ahora bien, los vocablos que designan cargos se acompañan, por lo común, de otros con los que integran etiquetas denominativas. Tales circunstancias generan una dualidad gráfica para la voz que sigue a ex-. Conforme a la normativa de OLE, se ha de escribir exministro, pero ex ministro del Interior; y expresidente, pero ex presidente de la República, porque ministro del Interior y presidente de la República son los nombres íntegros de los cargos, expresiones pluriverbales con significado unitario. Igual sucedería con exsecretario o exdirectora si escribiéramos ex secretario general de la CTC o ex directora de la Bienal de La Habana. Esto, claro está, no siempre se cumple.
El editor José A. de la Riva señala que a veces resulta difícil determinar si la base es pluriverbal o no. Es lo que pasa en las secuencias ex presidente de la República, expresidente del país y expresidente de Cuba, una con el prefijo exento y las otras con el prefijo ligado, porque presidente de la República, ya visto, es el nombre del cargo, afectado por ex; mientras del país y de Cuba son meros modificadores que acotan y precisan la referencia de expresidente. ¿Cuántas personas serían capaces de realizar con éxito un análisis así?
Para evitar semejantes engorros, José Martínez de Sousa defiende la idea de unir ex- a la base, sea esta simple o compleja: «¿en qué se basa la prohibición de escribir exalto cargo, excapitán general, exprimer ministro, exguardia civil? Sabido es que los lectores leemos una palabra o frase detrás de otra […] todo ello con la mayor naturalidad, sin que se nos plantee ningún problema. […] Y si no ofrece ninguna dificultad de lectura y entendimiento, ¿por qué crear esa excepción que solo sirve para perturbar?».
Si la Academia aprobara este cambio, se igualarían los usos gráficos de ex- con los de sub- y vice-, prefijos frecuentes en nombres de cargos y que nunca deben aparecer exentos ―subdelegado y subdelegado provincial de la Agricultura; vicedecana y vicedecana docente de la UH―, salvo en casos del tipo vice primera ministra o vice primer secretario, en los que la ortografía de vice- se asimila a la vigente para ex- y los demás prefijos llamados separables o autónomos (pro en pro derechos humanos, anti en anti pena de muerte…).
Justamente por realizaciones como vice primera ministra y ex primer ministro se ha criticado la propuesta de Martínez. Al escribir viceprimera ministra y exprimer ministro, se crean formas gráficas que no constituyen palabras, viceprimera y exprimer, a la vez que se «oscurece la relación sintáctica» ―arguye De la Riva― «al pretender que el prefijo, unido solamente al primer término […] afecte también al segundo».
Estas objeciones son válidas. Creo, sin embargo, que con el argumento de las relaciones sintácticas «oscurecidas» se menosprecia el valor del contexto lingüístico para la desambiguación ―parecido a lo que sucedió durante siglos con la diferencia entre solo y sólo― y el criterio de la adecuación entre grafía y pronunciación, por cuanto en estos decursos, el prefijo, átono, se integra sin pausa al término subsiguiente.
Asimismo, habría que evaluar la pertinencia de mantener unas reglas bajo las cuales la corrección en la escritura de ex- y, puntualmente, de vice-, se hace depender de arduas consideraciones gramaticales y semánticas, incumpliendo principios sobre los que, según OLE, se basa el sistema ortográfico del español: claridad y sencillez, analogía y economía.
¿Habrá muchas unidades pluriverbales con un primer miembro adjetivo ―como alto cargo o primer ministro― que soldado al prefijo ex- o vice- origine en la escritura una combinación imposible de entender como palabra? Se me ocurren solo unas pocas, todas con ordinales: primera dama, primer(a) secretario(a), segundo(a) secretario(a)…
Sería sabio, en consecuencia, que se acepte la propuesta de Martínez de Sousa sobre ex-, aunque pueda estipularse, excepcionalmente, la separación del prefijo para las escasas combinaciones anteriores, entre las cuales he añadido las de vice-. O cabría, mejor, un recurso salomónico: admitir que se emplee de modo optativo la grafía ligada de ex- ante cualquier expresión compleja, y también la de vice- ante unidad pluriverbal encabezada por adjetivo. De hecho, en los textos de prensa, ámbito privilegiado para esta clase de etiquetas, lo que se constata es eso: la libre alternancia (exprimer ministro ~ ex primer ministro y viceprimer ministro ~ vice primer ministro, por ejemplo).
De remate, dos datos curiosos: en la Gramática académica se postula la preferencia por la forma autónoma de ex-, aun en voces univerbales (ex ministro), y en el Diccionario de la corporación no se lematiza ningún vocablo prefijado con ex-, ni siquiera expresidente y exministro, de uso antiguo y reiterado, de acuerdo con los corpus de la propia Academia. Ello muestra, primero, una franca incoherencia entre tales obras y OLE; segundo, que la propuesta de Martínez de Sousa, por ahora, no parece tener posibilidades de éxito.
Él lo propone y, que se va a hacer.
O sea como se utilizará excepciones o ex cepciones