Dejaría de ser noticia con el transcurso de los días, pero la lava volcánica sigue este lunes su paso arrasador en la isla de La Palma, España.
Ahora se ensañó con el poblado de Todoque y en particular con uno de sus símbolos, la iglesia que trataban de proteger los bomberos con zanjas y diques. Sin embargo, la naturaleza pudo más.
Las consecuencias generadas por la erupción del volcán Cumbre Vieja desde el pasado domingo 19 de septiembre son nefastas y aunque el anuncio de ayudas del Gobierno abrió una luz de esperanzas, la tristeza y la desolación predominan en el ambiente.
‘Los palmeros deben saber que contarán con el respaldo de todas sus administraciones y con todas las herramientas del Estado’, dijo el pasado viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Precisó además que el Ejecutivo activará de forma inmediata, un grupo interministerial
liderado por el titular de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños.
‘El poder de la Ciencia nos ha permitido salvar vidas en La Palma y el poder del Estado nos va a permitir reconstruir la vida cotidiana de los habitantes de esta maravillosa isla’, sentenció.
Hasta el momento, el desplazamiento del magma volcánico devoró más de 400 inmuebles y unas 250 hectáreas. Levanta columnas de humo tóxico y expulsa alrededor de 11 mil toneladas diarias de dióxido de azufre.
El volcán Cumbre Vieja, no obstante, tiende a una estabilización en sus indicadores, pero al mismo tiempo el avance de la colada norte arrolló la iglesia, el centro de salud y otros edificios de Todoque, una localidad de unos mil 200 habitantes.
Si bien los pronósticos son todavía reservados, hay indicios de que las erupciones volcánicas disminuyan esta semana.
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