De regreso de México y del box de Pericos de Puebla, Yuen Socarraz Suárez trajo los mejores saldos posibles, tras un inicio incierto en la liga profesional azteca de béisbol.
Este fue el club que lo acogió casi al cierre de temporada en julio pasado tras un contrato frustrado con Olmecas de Tabasco, el equipo que lo llevó a la pelota mexicana en abril último tras un convenio con la Federación Cubana de Béisbol.
En la fase regular entre los dos elencos, Socarraz lanzó en 11 encuentros, sumó 37 entradas, con 4.14 PCL de efectividad, WHIP de 1.46, balance de dos victorias y una derrota y 276 de bateo contrario.
“De manera general fue para mí una experiencia espectacular, sobre todo con Pericos, con los que tuve siete aperturas y solo fallé en una, en el resto hice mi trabajo, caminé lo que ellos me pedían que era alrededor de las cinco o seis entradas y dos o tres carreras por salida”.
Lo dice sobre todo por la calidad del bateo que enfrentó en tierra mexicana: “Es una liga en la que se batea mucho y en el parque donde juega mi equipo es sumamente ofensivo”. También porque la liga le aportó la necesaria comparación: “Lo principal es ver cómo estamos un poco lejos de cómo se debe lanzar, sobre todo porque cuando llegas te enfrentas a bateadores de este tipo, la mayoría de los clubes buscan bateadores de fuerza, por ejemplo, el tercer o cuarto bate de mi equipo es un hombre que da 30 y 40 jonrones por temporada”.
Ello lo obligó a llevar más cuentas sobre el box: “Tienes que lanzar bastante exacto para poder imponerte en esa liga, debes aprender que todos tus lanzamientos tienes que manejarlos en zona, en conteo, algo que acá en Cuba a veces no hacemos, porque trabajamos más a la antigua. En México se va mucho a la sabermetría, a los números, cuando ellos te dicen: ‘A tal bateador tienes que trabajarlo en esta zona’, tiene que ser en esa porque los números lo están diciendo.
“El estudio no va tanto por el atleta, sino por el cuerpo técnico porque hay un especialista para eso, es el que te da la carta de pitcheo y te dice: ‘Mira, este es el por ciento de su fuerza, el promedio hacia tal zona, la mayor efectividad es lanzarle en esta zona para que te conecte hacia donde le vamos a hacer la formación’. Claro, uno como pelotero cubano trata de hacer su escauteo para ver dónde uno cree que está haciendo el fallo y uno hace su estrategia, tratas de aplicar las dos técnicas, la de aquí y la de allá, aplico mis métodos, lo que me ha aportado mi experiencia, y me ha dado resultado”.
El lanzador espirituano también debió adecuar la preparación en corto tiempo. “Cuando llegué al Tabasco la preparación no tenía nada que ver con la que hacía en Cuba porque antes de partir estaba entrenando y al llegar me agoté demasiado. Cuando llegué a Pericos me dijeron que hiciera más o menos lo que hacía en Cuba y eso lo fuimos adecuando.
Y, aunque el tiempo fue poco, Pericos le proporcionó el calor que Yuen necesitaba en medio de todo el estrés que provocó la pandemia y el cambio de club. “Me lo hicieron saber personalmente. Según el equipo, hice mi trabajo, que es lo más importante; fue increíble y rápido. Entre el cierre del contrato con Tabasco y el posible regreso a Cuba llevaba 15 días sin lanzar y me dijeron qué tiempo necesitaba, les dije que en una semana estaba listo, y así lo hice. Me puse en forma rápido y me sentí súper cómodo en ese grupo”.
Ahora, tras cumplir los rigores del aislamiento como viajero, Socarrás se instala en el otro box, el que añoró cada día y el que lo devuelve a su terruño: “Quiero disfrutar un poco con la familia, que es la que me daba la fuerza para asumir mi trabajo. Después a esperar a ver qué se avecina para la temporada que viene, para aprovechar y trasmitirles a los muchachos lo que aprendí en la liga mexicana”.
Nota: El cambio en la ortografía del apellido del atleta obedece a una precisión hecha por el propio lanzador a nuestra reportera.
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