Hasta el municipio de Viñales, en la provincia de Pinar del Río, llega hoy el apoyo técnico y brigadas especializadas de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, con el propósito de sumar brazos a las labores de recuperación en ese occidental territorio, cuyo patrimonio natural y arquitectónico muestra los estragos tras el paso del huracán Ian.
A través de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, que ha mantenido atención permanente a las afectaciones causadas por el meteoro en esa región, se coordinan las acciones, en particular en el Valle de Viñales declarado Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Natural.
Al frente del equipo técnico de la Oficina trinitaria, su director Duznel Zerquera, formó parte de la avanzada que concluyó el diagnóstico de los principales daños ocasionados al paisaje natural en la zona y a las viviendas rurales típicas de la arquitectura vernácula en el valle y gran parte de la sierra que lo rodea.
“En el área urbana se contabilizan afectaciones severas a la infraestructura eléctrica y las cubiertas de la vivienda, pero lo más impresionante, sin dudas, se aprecia en el área rural, muchos árboles y casas de tabaco en el suelo, además del impacto que recibieron propiamente las plantaciones. Hay que valorar el daño desde el punto de vista paisajístico, pero también económico”, precisó.
El directivo comentó que, como parte de las acciones de coordinación, participaron en diferentes encuentros con autoridades locales y provinciales a fin de consolidar alianzas que permitirán sostener apoyo técnico y mano de obra especializada, vitales en el proceso de recuperación del territorio y de sus habitantes.
Tras concluir el diagnóstico y la creación de los aseguramientos logísticos, esta semana partirá desde Trinidad hacia Viñales una brigada conformada por 15 hombres aproximadamente que apoyará la reconstrucción de una escuela e instituciones sociales. Las labores deben extenderse por dos semanas, pero el compromiso de los hombres es permanecer en ese territorio hasta devolverle la belleza natural que lo distingue.
De acuerdo con el directivo, el proceso de intervención y colaboración con la joven Oficina del Valle de Viñales integra a varias de sus homólogas. En el caso de la entidad trinitaria ofrecerá además asesoramiento especializado en cuanto a la gestión y manejo de los valores patrimoniales; las de Camagüey y la Habana trabajarán en el Plan de Ordenamiento y la de Santiago de Cuba brindará apoyo para la constitución de la escuela taller.
Viñales, uno de los sitios más atractivos del turismo en el archipiélago, agradece el apoyo que llega desde varias ciudades cubanas gracias a una estrategia que se concibe en red para ser más efectiva.
«Somos una gran familia»
Porque el esfuerzo y el altruismo entre cubanos se multiplica en tiempos de crisis, la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba brinda hoy apoyo técnico, y con sus especialistas se suma a las labores de recuperación de la más occidental de las provincias, tras los daños ocasionados por Ian.
Arsenio Manuel Sánchez Pantoja, coordinador general de la mencionada Red, dijo a Cubadebate que se articularon dos grupos de trabajo -uno proveniente de la Oficina del Conservador de La Habana y otro de Trinidad- para realizar un diagnóstico preliminar de los daños causados al patrimonio del Valle de Viñales por el huracán.
Agregó que este territorio forma parte de la Red por ser reconocido con la condición de Monumento Nacional (1979) y estar inscripto (1999) en la lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
“En la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba somos como una gran familia y ya tenemos la experiencia de este tipo de trabajo en otros territorios del país como en Baracoa, tras el paso del huracán Matthew, en Santiago de Cuba después de Sandy e incluso en Camagüey. Viñales es ahora la cuarta experiencia para nosotros”.
Explicó que en una segunda etapa y luego de diagnosticados los daños, realizarían una serie de recomendaciones a las autoridades de la provincia de Pinar del Río y también a directivos nacionales, sobre cómo proceder allí para la recuperación del patrimonio fundamentalmente.
De acuerdo con Sánchez Pantoja habilitaron en Viñales un campamento como sede temporal de la Oficina del Conservador para que permanezcan las brigadas que ya se conforman de manera expedita en el país.
“Vamos a conformar brigadas en cada una de las Oficinas del Historiador y del Conservador y también en cada una de las escuelas-taller de nuestras oficinas, para entre todos apoyar la recuperación de Viñales”.
Según el coordinador general de la Red, las autoridades de Pinar del Río podrán decidir sitios de interés social como escuelas, consultorios médicos, establecimientos del comercio y la gastronomía, e incluso viviendas de personas vulnerables que pudieran ser intervenidas por los especialistas de las Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales.
“Nosotros estamos comprometidos con el rápido avance de las labores de recuperación del Valle de Viñales y allí daremos una vez más nuestro aporte.”
Acotó que, aunque la arquitectura de Viñales es vernácula en sentido general y la de Trinidad posee grandes complejidades técnicas, se decidió que la urbe espirituana fuera una de las primeras en extender su mano solidaria, dada su experiencia en la gestión del Valle de los Ingenios.
En febrero de este año, la Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó el decreto 62 que aprobaba la creación de la Oficina del Conservador del Valle de Viñales, subordinada al gobernador de la provincia de Pinar del Río.
En 2001 le fue conferida la categoría de Parque Nacional y se trata sin lugar a dudas de un ejemplo de paisaje cultural que representa el auge histórico de la producción tabacalera en el planeta y de forma especial en Cuba.
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