Si importante resulta el confort de las instalaciones en cualquier destino turístico, tanto o más lo es la calidad del recurso humano. Desde esa premisa se concibe en Cuba la educación y formación del personal que interviene en todos los procesos de prestación de servicios en este sector líder de la economía.
Desde hace varias décadas el país cuenta con una red de escuelas de turismo, de donde han egresado cientos de miles de trabajadores para poner rostro a hoteles, restaurantes, instalaciones de ocio, negocios particulares, además de los mandos intermedios y directivos; todos llamados a funcionar como el más preciso engranaje y un único propósito: la satisfacción de los clientes.
Bajo ese principio, el Centro de Capacitación del Ministerio del Turismo, ubicado en Trinidad, pero responsable de la preparación de profesionales de toda la provincia espirituana, potencia diferentes modalidades desde la enseñanza básica hasta la especialización por áreas de servicio.
“Una de las más grandes fortalezas de los programas de estudio es que el mayor por ciento de los cursos tiene un componente práctico, sin restar importancia a los conocimientos teóricos”, sostiene Misladys Zerquera Concepción, directora de una de las instituciones con más prestigio en el país.
Las modalidades básicas incluyen repostería, panadería, cocina, servicios gastronómicos y de habitación, dependencia comercial, animación turística, recepción y guía de turismo (de naturaleza o de ciudad). La matrícula este curso en el plantel trinitario ronda los 110 estudiantes en varias de esas ramas.
“En estos momentos —aclara la directora— no recibimos estudiantes de otros territorios al no contar con las condiciones en cuanto a abastecimientos para su permanencia en la escuela. Es una de nuestras grandes insatisfacciones, pero ya tenemos dos aulas listas en el municipio de Sancti Spíritus para comenzar a impartir algunas de las especialidades básicas”.
UNA INVERSION NECESARIA
La formación de los recursos humanos puede resultar costosa, pero los beneficios se revierten en la mejora del producto. Por ello, Henry Alberto Santiago Gándara ha regresado al centro trinitario, ahora como uno de los integrantes del curso de maestro cocinero.
“Los profesores son excelentes, por lo que fue una preparación muy completa. La superación es muy importante para ofrecer un servicio de calidad y que los clientes reconozcan nuestras competencias profesionales”, cuenta este trabajador del grupo Gaviota.
En una de las aulas, el profesor Diosmani Arcís brinda orientaciones al grupo de Servicio gastronómico. Las muchachas son más tímidas y es el joven Carlos Alejandro Gómez Zamora quien saca la cara por todos.
“Tuve que prepararme fuerte para vencer las pruebas de ingreso sobre temas de historia, turismo y política. Las clases son muy interesantes y estoy seguro que hice la mejor elección. Cuando me gradúe tengo el propósito de trabajar en este ramo y continuar superándome”, comenta con absoluta convicción.
Diosmani asegura que los servicios gastronómicos constituyen una de las áreas más fuertes. Además de impartir docencia en esta modalidad de formación, también se encarga de la capacitación del personal que ya se desempeña en las instalaciones turísticas. Estas acciones permiten elevar los estándares de calidad y los índices de satisfacción de los clientes mediante la constante preparación, especialización y motivación de los trabajadores.
Isabel Cristina Besada, jefa del departamento de Gestión Turística de la escuela, no concibe la docencia apartada del ideario martiano. “Es fundamental incrementar el nivel cultural de los alumnos y profesores, inculcar valores como la honestidad, confiabilidad y responsabilidad”, expone la también presidenta de la Cátedra Martiana en el centro, con premios en numerosos eventos y actividades.
De los 33 profesores que posee la escuela trinitaria, poco más de la mitad alcanza el grado de máster. Al decir de su directora, un claustro consagrado a la docencia y que aborda con el mismo rigor temáticas de género, en torno a la subversión y las drogas.
EDUCACION POSGRADUADA, UNA LÍNEA ESTRATÉGICA
El Centro de Capacitación del Turismo de Trinidad figura entre las instituciones autorizadas por el Ministerio de Educación Superior para garantizar la formación posgraduada, al tiempo que potencia la capacitación en las mismas empresas e instalaciones turísticas a partir de una política de colaboración.
Fiel a una tradición investigativa, la escuela apuesta por esta línea estratégica. Yulienys Álvarez Águila, metodóloga de la Subdirección Docente, menciona varios proyectos que responden a las demandas propias de la provincia. “Todos se insertan al Programa de desarrollo turístico diseñado en el territorio hasta el año 2030”, resume la experta.
En distintas etapas de indagación y validación avanzan propuestas como los estudios de mercados emisores a Cuba y en particular a Trinidad, modernización de los procesos de capacitación y la recreación turística, esta última una de las áreas que urge revitalizar. Así, desde la academia es posible contribuir a la mejora del producto turístico en el territorio.
“La actividad de posgrado se define a partir de la labor investigativa de nuestros profesores y con resultados desde las primeras fases —insiste Álvarez Águila—. En estos momentos en cartera tenemos el posgrado de Dirección y varios diplomados para jóvenes, empresarios y cuadros. El desarrollo de programas doctorales ha tenido fluctuaciones, pero es una de nuestras prioridades de trabajo”.
Alrededor de 200 acciones de capacitación ha desarrollado la escuela, también desde plataformas digitales. Durante la covid funcionó como extensión de los servicios hospitalarios para salvar vidas; pero en el nuevo contexto, la educación turística encuentra otros retos en asumir la preparación de los cuentapropistas y de la fuerza vinculada a las nuevas formas de gestión económica. Listo el convenio con el Ministerio de Comercio Interior, el año próximo se incluyen en estas acciones los directores de las Unidades Empresariales de Base.
Al turismo se le toma el pulso según sea la calidad de los servicios que presta. Y en ello el recurso humano es vital. Estos conceptos guían el quehacer del Centro de Capacitación del Turismo de Trinidad, donde se cultivan por igual el conocimiento, las habilidades y la vocación de servir.
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