Durante toda una semana la tercera villa de Cuba celebra. Lo merece. Desde hace cuatro años se prestigia con una declaratoria que la enaltece: Ciudad Artesanal del Mundo.
Y entre tantos festejos se posan por vez primera de forma conjunta en la galería Tristá, Centro de Promoción Cultural de la Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, las seis alas de gran tamaño nacidas del talento de casi una veintena de quienes integran el proyecto Entre hilos, alas y pinceles.
“Tienen dimensiones variables y se hicieron de metal, forradas y decoradas con todo este trabajo artístico nacido de la trama y urdimbre que conforman los finos tejidos, bordados y deshilados confeccionados a mano y que son parte de una tradición ancestral de la villa trinitaria”, declaró a Escambray Yudit Vidal Faife, líder del emprendedor grupo que nos regala la muestra Vuelo de identidad.
Dichas piezas fueron creadas para la 14Bienal de La Habana. Tres de ellas formaron parte del proyecto Detrás del muro, por lo que se disfrutaron en la exposición que le dio vida al malecón de la capital del país, y el resto se mostraron en la sede de la galería de arte Benito Ortiz, de Trinidad, durante los días en que el evento más importante de las artes plásticas del país hizo escala en la añeja villa.
“Vuelo de identidad, además, lo integran lienzografías que ilustran el maravilloso universo del tejido en sus diversas técnicas y llevados a otra dimensión. Al captar a gran escala los puntos o patrones nos conduce a ese universo extrapolado y nos da la impresión de estar ante una obra muchas veces abstracta. Pero también nos llama a la reflexión sobre todo ese amasijo de saberes acumulado en cada hebra de hilo que se entrecruza en el devenir de la vida y que se enriquece de generación en generación”.
Esta propuesta artística también rinde tributo al aniversario 80 del natalicio de Eusebio Leal Spengler, un eterno enamorado de Trinidad, ciudad que visitó en más de una ocasión y a la que dedicó elogios por el cuidado con que conserva y defiende sus más auténticos valores patrimoniales.
“Eusebio está vivo en la memoria y en el corazón de cada uno de nosotros. Igualmente, continúa presente en cada restauración o al crear una obra artística como esta muestra que resume los últimos años de Entre hilos… y que al presentarse en la edificación colonial evoca un ambiente de un romanticismo paradójico, al que se forma al combinar arte y elementos arquitectónicos. Similar sucede cuando se transmuta el concepto utilitario al más delicado y fino de las artes visuales que forman parte de todas estas técnicas ancestrales del bordado, el deshilado a mano y el tejido que se ponen de manifiesto en cada una de las piezas expuestas”.
Esa ha sido la máxima de Yudit Vidal Faife, una de las artistas visuales cubanas más reconocidas fuera del país y quien nunca se ha puesto de espaldas a la tradición que enaltece a la ciudad que tantas musas le inspira.
“Se puede hacer un trazo con un lápiz, aguja e hilos. Siempre apuesto por la experimentación. Justamente, ese proceso que vivimos las integrantes del proyecto Entre hilos, alas y pinceles es maravilloso porque resulta volver al pasado y viajar al futuro, pero al mismo tiempo sigues estando en el presente. Eso te aporta una riqueza espiritual inmensa, infinita. Nacer artista, creador, transformador de universos y de realidades es un don divino que pienso que se debe compartir y no hay nada mejor que intercambiar ideas con personas afines a ti”, concluyó quien reconoce que la condición de Ciudad Artesanal del Mundo es un reconocimiento a todas las artesanas que desde Trinidad mantienen vivas tan auténticas técnicas.
Las integrantes del proyecto Entre hilos Alas y Pinceles agradecen profundamente el artículo periodístico nacido de la profesionalidad de Lisandra Gomez. Gracias a los trabajadores de Escambray por siempre estar atentos a cada actividad y promocionar nuestro quehacer artístico.