Hay actos que son sublimes por su naturaleza y el homenaje de los trabajadores de la División de la Cadena de Tiendas Caribe a los alfabetizadores en Sancti Spíritus es uno de ellos.
Zoe de la Cruz Díaz, coordinadora de la referida Peña de Alfabetizadores, tras la bienvenida, a manera de presentación expresó: “Gracias a la incorporación de los jóvenes y adolescentes, hay un muchacho que con siete años alfabetizó, y todos de una forma u otra, los Patria o Muerte, Conrado Benítez y los Maestros Voluntarios, todos tenemos una historia que es valerosa y Fidel calificó la Campaña de Alfabetización como una epopeya”.
Después de las palabras introductorias de Zoe, a la llegada del grupo de alfabetizadores a la División de la Cadena de Tiendas Caribe, colectivo que tuvo el privilegio de intercambiar vivencias y muestras de cariño, vino un momento de catarsis, con la actuación de la septuagenaria alfabetizadora Iselina Camero, quien se desdobló en el papel de Pánfilo el analfabeto, supuestamente alfabetizado por la brigadista Conrado Benítez María Manuela Rodríguez. De aquel jocoso diálogo, una síntesis:
“Buenos días, yo soy Pánfilo, gracias a la Revolución yo aprendí a leer y escribir y vengo a felicitarlos a todos por el Día del Educador. ¿Y Pánfilo era analfabeto? Pues claro, yo me alfabeticé gracias a la Revolución. ¿Y la libreta? Mira eso sí que no la puedo dejar, aquí está. Y el pan también está aquí, lo fui a buscar tempranito. ¿Es que alguien aquí no ha desayuna’o…?”.
Alfabetizadores septuagenarios y octogenarios y los trabajadores, mayoritariamente jóvenes de la División de Tiendas Caribe, encabezados por el también joven Kenier Aguiar Ramos, el gerente y candidato a diputado por el Sindicato de Trabajadores Civiles de la Defensa, rieron a carcajadas y disfrutaron de aquella escena del fino humor que caracteriza a los cubanos, donde quiera que estén.
Todavía en la entrada a cielo abierto, cercada y con un bello jardín, la alfabetizadora y educadora durante el resto de su vida laboral Rosa Évora leyó un poema de su propia inspiración, dedicado a los educadores, a las nuevas generaciones, a los futuros maestros matriculados en la Escuela Formadora de Maestros, y de forma especial a los educadores del Pedagógico en la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, donde desarrolló la última etapa de su fértil trayectoria como profesora. El poema se titula La Huella”:
La huella de los zapatos quedó, pero el tiempo pasó y la borró / la huella del rocío titila ante la salida del sol, pero desaparece / la huella de los años cubre arrugas y tejidos de nuestro cuerpo, pero deja la experiencia / la huella de la lluvia durante la noche abandona hojas, ramas de las plantas / pero el calor, al día siguiente, logra que reluzcan como flores y retoñen / la huella de un río es fugaz, la huella del silencio se repite pero de forma diferente / Los signos, las letras, un buen libro, una composición hecha con el vuelo de la imaginación, deja su huella en la mente infantil / Pero la huella que no se borra ni con el tiempo, ni con la lluvia, ni col ruido, ni con el silencio, ni con la noche, esa es la que deja el maestro verdadero.
SEGUNDO ACTO
De nuevo Zoe con su palabra matiza el ambiente agradable y cálido que brindó el prestigioso colectivo de trabajadores a los longevos que una vez nos desdoblamos en el papel de maestros, cuando éramos apenas estudiantes de primaria y de secundaria: “Yo invito a los presentes a dedicarles un minuto de silencio a los 11 alfabetizadores de nuestra Peña de Sancti Spíritus que han fallecido, y a los 10 maestros voluntarios, brigadistas y colaboradores que fueron asesinados por bandas contrarrevolucionarias durante la Campaña de Alfabetización.
Luego del homenaje necesario, alfabetizadores y trabajadores evocaron la música de Carlos Puebla, el cantor de la Revolución.
Entonces tomó la palabra Katia Argüelles Rodríguez, jefa del Departamento de Recursos Humanos, en nombre del colectivo para agradecer las experiencias transmitidas: “Queremos decirles que la casi totalidad de nuestros trabajadores somos educadores por vocación y por convicción y aunque no estamos frente a un aula, estamos en la formación de estos jóvenes, con los que ustedes han tenido la oportunidad de compartir en nuestras unidades comerciales, transmitiéndoles también el deber y la responsabilidad ante el trabajo, la consagración y la dedicación al pueblo, que son valores que no podemos perder bajo ninguna circunstancia”.
Luego les dedicó un poema, de la autoría de la joven Ainaris Batista Gamez. El poema se titula Maestro jubilado:
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