Desde que en abril pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzaba la alerta ante el incremento acelerado de niños con una hepatitis grave de origen desconocido, Cuba también se ha mantenido en vigilia. Sobre todo, porque se ha demostrado la velocidad de propagación de los contagios y la gravedad: al mes de la notificación de los primeros casos en Reino Unido ya se hallaba en una veintena de países; aqueja a niños entre un mes de nacido y 16 años de edad; alrededor del 10 por ciento ha necesitado trasplante hepático; algunos de los infectados han fallecido.
Ante la posibilidad de la aparición de un brote en la isla se toman todas las previsiones puertas adentro de los hospitales y se insiste en la vigilancia, tanto por los médicos como por los padres. En Sancti Spíritus también se alistan camas, se capacita al personal especializado, se garantizan recursos para el diagnóstico y se implementa una estrategia que hasta hoy, por suerte, solo anda en teoría.
Así lo confirma en exclusiva para Escambray la doctora Yurién Negrín Calvo, subdirectora del Centro Provincial de Higiene, Epidemióloga y Microbiología (CPHEM).
¿Qué es la hepatitis aguda infantil de origen desconocido que se ha detectado en el mundo?
Debemos comenzar recordando el concepto de hepatitis aguda infantil: proceso inflamatorio difuso del parénquima hepático de gravedad variable, secundario a la respuesta inmune a un agente agresor.
El 15 de abril de 2022 se emite una alerta por la OMS ante un incremento de casos de hepatitis grave de etiología desconocida, ya el 21 de abril se reportaban 169 casos en 12 países con un fallecido. Su rápida evolución hace que para el primero de mayo se reportaran 228 casos en 20 países con cuatro fallecidos y ya existen reportes en Estados Unidos y en Argentina.
Es importante destacar que los virus conocidos que provocan la hepatitis (Hepatitis A, B, C, D, E) no han sido identificados en esta enfermedad. Sin embargo, se han detectado adenovirus en 74 pacientes y, de ellos, en 18 se secuenció el adenovirus F 41.
Entonces se define como caso sospechoso de hepatitis aguda grave de causa desconocida los pacientes hasta los 18 años que presenten íctero (coloración amarilla de piel y mucosas de forma aguda) con o sin otro síntoma y también aquellos de cualquier edad, pero que tengan clínica y nexo epidemiológico con un caso confirmado.
Los casos probables deben tener criterio de caso sospechoso con enzimas hepáticas mayor de 500 ui/l y los confirmados son aquellos con criterio de caso probable en los que no se detectan virus de la hepatitis ya conocidos (A, B, C, D, E) u otra causa que la genere.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes que se presentan?
Orinas oscuras, heces fecales claras, íctero, malestar general, trastornos digestivos en niños sanos, sin aparente causa, dolores abdominales, vómitos y diarreas.
¿Tiene alguna relación con la covid o las vacunas?
Se ha detectado SARS-CoV-2 en 20 pacientes y se han reportado coinfecciones entre el SARS-CoV-2 y adenovirus, pero esto más bien parece coincidencia y no causa. Según las primeras notificaciones, se ha descartado que la hepatitis estuviera relacionada con las vacunas contra la covid o con posibles viajes.
¿Existen reportes de casos con dicha sintomatología en la provincia?
Cuba no reporta ningún caso de la hepatitis aguda infantil de origen desconocido que circula en el mundo y la provincia no tiene reportes. Además, tampoco existe incremento en la incidencia de casos de ningún tipo de hepatitis, pero las autoridades sanitarias se mantienen alertas y vigilantes.
En caso de aparecer algún niño con esta enfermedad, ¿cómo se confirmaría?
Primero hay que evaluar las características clínicas de la enfermedad (síntomas), hay que descartar también la presencia de otros virus que causan la hepatitis y realizar exámenes complementarios (hemoquímica, enzimas hepáticas, ultrasonido abdominal, antígeno de superficie para hepatitis B y C). Ante la sospecha clínica, epidemiológica y de laboratorio, se enviarán exámenes al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí para el diagnóstico definitivo, previa coordinación con el CPHEM.
Es importante destacar que a cada niño se le realizarán varios exámenes o toma de muestras (suero o sangre total, heces fecales, exudado nasofaríngeo, orina) para descartar la presencia de otros virus o la posible coinfección.
¿Qué protocolos se han establecido en nuestras instituciones de salud?
Se capacitan los médicos y demás personal del sector en la provincia, se mantiene un seguimiento a los niños reportados en el mundo a fin de lograr una preparación eficaz ante esta enfermedad. Además, se activó el sistema de vigilancia centinela a nivel del Hospital Pediátrico Provincial para el reporte de casos sospechosos con inmediatez.
Se han garantizado, tanto en la Atención Primaria de Salud como en los hospitales, reactivos para realizar perfil hepático a casos con síntomas y signos de la enfermedad; medicamentos y otros medios para el tratamiento que incluye el trasplante hepático.
Existe disponibilidad de camas en sala de infeccioso; en las terapias intermedia e intensiva del Pediátrico y del Hospital Provincial.
Además, se tiene en cuenta el reporte de otros casos mayores de 18 años de edad que presenten íctero, acompañado o no de otro síntoma que tengan vínculo epidemiológico.
También se le da seguimiento y se actualiza diariamente sobre los eventos abiertos de hepatitis de otras causas que se den en la provincia.
¿Existen las condiciones requeridas para garantizar la atención ante un posible brote de este tipo de hepatitis?
La provincia se prepara ante la posibilidad de un brote de este tipo.
Se garantizan los medicamentos, las tecnologías y la capacitación del recurso humano en los hospitales. Además, se organizan los servicios hospitalarios para la atención a los pacientes, se habilitan camas con condiciones de aislamiento en salas y en las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP).
Otra de las estrategas que se sigue es la reorganización del proceso asistencial para garantizar las normas de bioseguridad y minimizar los flujos inadecuados.
Por supuesto, se trabaja en la preparación de un grupo de expertos provinciales.
En el caso del paciente que requiera trasplante será coordinado por las redes provinciales y si se trata de un enfermo residente en el exterior de nuestro país, su ingreso será en las salas de AMI del Hospital Provincial.
¿Hay algún tratamiento específico para esta enfermedad?
Todo paciente sospechoso ingresa de forma inmediata en las instituciones de salud previstas. El niño debe ser evaluado por el gastroenterólogo pediatra y el tratamiento es sintomático, varía en dependencia de la evolución clínica del paciente. Se trata de una hepatitis aguda que en cuestión de horas es grave; por lo tanto, es importante trabajar con los tiempos y ser precisos y oportunos en el diagnóstico.
Se recomienda el uso precoz de la vitamina K y la observación estrecha de cada paciente.
¿Es una enfermedad prevenible?
Es una enfermedad infecciosa, por lo que evitar el contagio siempre es posible. Hay que conocer bien su vía de transmisión para tomar las medidas precisas. Se sugieren las mismas medidas de la covid por ser, posiblemente, la vía de contagio por contacto y respiratoria.
Las hepatitis conocidas (A, B, C, D, E) presentan diferentes vías de transmisión dentro de las que se encuentran la vía digestiva y por contacto sexual, entre otras.
¿Cuáles son las medidas a seguir por los padres para intentar proteger a los niños de este padecimiento?
De forma preliminar, los científicos sugieren que el agente causante de esta hepatitis puede ser un adenovirus (se transmite por contacto o por el aire); en particular, el F 41 o una variante más agresiva. Tampoco se descarta que se trate de un virus aún no identificado.
Como acciones preventivas se recomienda adoptar medidas similares a las aplicadas con la pandemia de la covid, entre ellas, el lavado de manos de forma frecuente, cubrirse la boca al toser y estornudar. También evitar el hacinamiento, mantener el distanciamiento físico y la correcta higiene de los alimentos.
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