Mario Garmendia Calzada escribe a esta sección en nombre de los vecinos del edifico 1R en el reparto Armando Mestre, de Trinidad, para exponer su preocupación por un problema que no solo padece el sureño territorio: las deficiencias en la recogida de la basura, la pésima higiene comunal y los riesgos para la salud que ello conlleva.
En su misiva se refiere a uno de los contenedores ubicados en los alrededores del edificio multifamiliar: “Los desperdicios de todo tipo y los escombros se amontonan a punto a veces de desbordarse; la fetidez es insoportable y las moscas no nos dejan vivir, aunque permanecemos con las puertas y las ventanas de los apartamentos cerradas”.
Considera el remitente que esta situación va en detrimento de la salud al incentivar la proliferación de mosquitos y otros vectores transmisores de enfermedades; además de empañar la imagen de Trinidad, visitada por cientos de turistas y con varios reconocimientos internacionales.
En su afán por darle curso a su inquietud y a la de los vecinos, Garmendia Calzada se comunicó con el delegado de la circunscripción, quien tramitó el planteamiento en la dirección de Servicios Comunales del municipio. Esta entidad enfrenta una situación tensa en cuanto a la disponibilidad de equipos para la recolección de los desechos sólidos, agravada por las limitaciones financieras del país y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, lo cual ha desfasado los ciclos de recogida.
Sin desconocer esta realidad, el lector insiste en el malestar que ocasionan los desperdicios y sugiere como posible solución la de retirar el vagón de esa área que comprende dos edificios multifamiliares y las viviendas biplantas cercanas.
“Cartas de los lectores”contactó con Luis Berroa, director de la Unidad de Servicios Comunales, quien explicó que la decisión de ubicar las cajas o vagones en esa área residencial se debe a la no existencia en estos momentos de contenedores plásticos. Aclaró, asimismo, que la capacidad de estos recipientes (cercana a los 15 metros cúbicos) debe garantizar un margen de hasta cuatro días para su recolección, pero en la práctica el ciclo se reduce a la mitad.
El directivo reconoció también el deterioro de los medios de transporte destinados a la higiene comunal: “La disponibilidad técnica es muy baja por falta de gomas y baterías; hoy todo el servicio se asume con un solo carro que cubre la recogida en la ciudad y también la evacuación de las 36 cajas distribuidas en varios puntos estratégicos, de ellas seis en Armando Mestre”.
Sin embargo, aseguró Berroa, la indisciplina social y la falta de enfrentamiento ponen en jaque los esfuerzos por asegurar el saneamiento de la urbe. “Las personas arrojan indiscriminadamente escombros, animales muertos y otros desechos orgánicos con total impunidad. Lo mismo sucede con los seis microvertederos identificados en la ciudad; se realiza la limpieza en la mañana y en el horario de la tarde regresa la basura”, expuso el directivo.
Nadie desconoce las severas limitaciones de recursos que enfrenta hoy el país, pero todos debemos sentirnos responsables de “barrer” la indolencia y la desidia que tanto afean el entorno citadino; no solo para que la ciudad luzca reluciente, sino para sentirnos a gusto y mostrar nuestro civismo.
Mas de lo miosmo. NO puibliiiique mas estas historiias que se rep[iten a todo lo largo de la Issla