“Desde hace un tiempo estamos afectados por una plaga de bichitos negros y sabemos que no somos los únicos, pero a esto se ha unido una infestación por piojillos y, más recientemente, por unos mosquitos negros que son característicos de zonas pantanosas, además de otras alimañas”, refiere en su carta dirigida a esta Sección Olga L. Abreu Correa, vecina de la calle Padre las Casas, No 93, es la ciudad espirituana.
Y a continuación asegura que esta situación afecta varias casas de su manzana; que desde inicios de mayo lo han informado en todas partes e incluso llevado muestras a Vectores; que han fumigado su vivienda y la de algún vecino, pero los animalejos intrusos persisten.
Según refiere en su misiva, también los lugareños se han comunicado con el Consultorio No. 25 del Policlínico Norte: “Su doctora lo informó y vino un compañero de Higiene con muy buenas intenciones, se entrevistó con los vecinos, corroboró el problema in situ, pero hasta ahí”.
Al parecer con insistencia, los afectados se han dirigido además a las áreas de Epidemiología y Vectores, en el propio policlínico; a la delegada de la circunscripción, al sectorial de Salud y hasta al Partido municipal, sin embargo, la situación se mantiene igual y hasta ahora nadie ofrece una solución coherente.
Por vía telefónica la remitente de esta misiva detalló que la afectación en la higiene de su barrio la provoca una planta que ocupa un techo de tejas cercano, la cual ya se ha convertido en un matorral; además de los vertimientos propios de la crianza de cerdos en otro patio aledaño: esto induce la presencia de bichitos, piojillos, mosquitos, etcétera.
“En esta zona residen adultos y niños con padecimientos crónicos que debilitan sus sistemas inmunológicos, como son diabetes mellitus y síndrome de Down, entre otras. En nuestras casas se hace imposible estar tanto de día como de noche, lo que ha provocado que algunas personas tengan que abandonar sus viviendas. Consideramos que ya no es dejadez o simple irresponsabilidad de las instituciones sanitarias ante nuestro reclamo de su presencia; es irrespeto y falta de humanidad”, cuestiona Olga L. Abreu Correa.
Igualmente, refirió que hace poco tiempo encontraron un foco de Aedes aegypti en la casa de al lado y fumigaron como corresponde; en tanto Salud Pública se personó en el lugar y aseguró que enviarían a Sanidad Vegetal para valorar la situación, pero aún brillan por su ausencia.
Por último, la redactora de la carta reflexiona que esta situación higiénica de la comunidad es un problema que a todos compete resolver, aunque hasta ahora nadie ha dado una respuesta definitiva.
“Es de todos el deber de mantener los patios libres de maleza, los árboles podados y adecuadas medidas de higiene, así como condiciones mínimas para la crianza de animales. También debe existir una coordinación y una entidad conciliadora para buscar las mejores soluciones porque ningún vecino puede irrumpir en el patio de otro a imponer su orden, pero entre todos sí podemos cooperar en las posibles soluciones sin que nos lleven a asperezas o malos entendidos y para ello se necesita de la acción cooperada de los dirigentes de la comunidad y de Salud Pública. Es esto lo que reclamamos”, concluye.
El incremento de mosquitos y otros, es general, en mi casa nunca hubo mosquito, ahora no se puede soportar, alguien debe estudiar las fuentes de reproducción o si se ha roto la cadena alimentaria, como no hay explicación cada cual cree saber, yo se la achacó a la malangueta de Río Yayabo, que no se fué, sino que se cambió de lugar, los especialistas deben buscar las causas porque realmente es insoportable