Los encadenamientos con industrias locales que garanticen el suministro de pulpa de frutas y el reajuste de la jornada laboral para enfrentar la actual contingencia energética se cuentan entre las alternativas de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Productos Lácteos El Valle, de Trinidad, para mantener la producción estable de helado.
Lejos aún de satisfacer las demandas, sobre todo en la etapa estival, cuando se incrementa de manera considerable el número de vacacionistas en la otrora tercera villa cubana, la moderna fábrica tiene una capacidad productiva diaria de 190 unidades de 10 litros cada una, pero los pedidos siguen en aumento.
Aunque la instalación volvió a abrir sus puertas hace unos dos años tras una reparación que le permite abastecer a la población, a instituciones sociales y al sector del turismo, la calidad y variedad de sabores logrados hasta ahora (chocolate, coco, mantecado, almendra, fresa, mango, guayaba) han incidido también en la buena aceptación de sus surtidos.
Liván Fernández, director de El Valle, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que desde la propia unidad y la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza se buscan soluciones para atenuar el déficit de materias primas, e insistió en que la principal dificultad radica hoy en el estabilizante, pues se trata de un producto importado.
Con el resto de los recursos y los sabores, por ejemplo, que es un problema recurrente en las elaboraciones de este tipo, acudimos también a las pulpas de frutas a partir de encadenamientos con las industrias de la urbe, detalló, y eso nos ha permitido consolidar helados como el de guayaba y el de mango.
El incremento de las capacidades de frío y de los volúmenes productivos en sentido general son otras de las líneas en las que continúa laborando el colectivo integrado por 30 trabajadores, pues aun cuando disponen de un tanque de maduración, la falta de otra máquina envasadora les impide asumir otros compromisos.
Mientras, Eliéser Pérez, jefe de producción en la UEB trinitaria que en el año 2020 puso en explotación esta moderna tecnología, significó que en el contexto de la actual contingencia energética la planta reajustó igualmente su jornada laboral de ocho horas, lo cual exige el esfuerzo de todos los trabajadores en aras de no frenar la producción.
Teniendo en cuenta la programación de la Empresa Eléctrica del territorio, acotó, lo que hemos establecido es comenzar la fabricación del alimento una vez que se restablezca el servicio, porque la paralización del proceso en algún punto tiene una incidencia luego en el rendimiento del helado.
Pérez refirió que es una labor fuerte, que requiere una mayor planificación para cumplir con los horarios; sin embargo, hay conciencia de la demanda que tiene en la actualidad El Valle.
Según un reporte publicado por la página web de Radio Trinidad, cuando la UEB Productos Lácteos El Valle comenzó a producir la nueva marca de helados, unos 800 mil pesos fueron empleados en las labores constructivas y la compra del equipamiento de la planta que funciona, a su vez, como comercializadora de otros insumos lácteos en uno de los destinos turísticos más importantes del centro de la isla.
Lo que no entiendo es cómo una inversión novedosa no incluyo en su proyecto el uso de energías renovables como la solar en el caso del bombeo de agua,en el agua caliente para la desinfección, tampoco equipos compensadores de energía reactiva como banco de capacitores,equipo,de clima con tecnología inverter que disminuye el consumo eléctrico en más de un 50%,si se hubiese concebido este centro importante y necesario entregaría energía al sistema cobraria este servicio y sería un ingreso complementario que le permitiría mayor financiamiento para la compra de insumos y materia prima lo que aumentaría la producción de helado y la eficiencia energética y económica de la entidad y no se afectaría el proceso productivo sin ajustar la jornada laboral, de ahí la necesidad de ser más analíticos e integrales a la hora de diseñar un proyecto