Cabaiguán y la tierra de las siete islas (+fotos y video)

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El olor a salitre del Océano Atlántico, el delicioso gofio con leche y la exquisitez del frivolité tomaron asiento, desde hace algún tiempo, en el interior de la casona de gran ventanal de cristal, ubicada en una de las esquinas del parque José Martí, de Cabaiguán. Basta cruzar su umbral para caer en los brazos de un pasado aplatanado allí a fuerza de muchísimas añoranzas.

“Alrededor del 80 por ciento de la población de este municipio es descendiente de canarios —refiere Esther Lidia Vázquez Sehara, quien ha logrado perpetuar gran parte de las recetas que existen hoy tras atravesar medio mundo—. Por eso es tan común que en casi todas las familias encontremos expresiones culturales de esos, nuestros antepasados”.

Un tesoro invaluable que cobija con celo la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera, existente en ese terruño, al borde de la Carretera Central, desde 1992; prematura fecha que la avala como uno de los primeros lugares del país donde se fundó y tuvo funcionamiento esa organización no gubernamental.

“Existimos para mantener la canariedad —explica sin medias tintas Mario Luis López Isla, presidente de laasociación en ese municipio y quien ha acogido la Casa Canaria como su segundo hogar—. Aquí conservamos y protegemos todas las expresiones de la cultura de las siete islas por lo que hemos sostenido, a lo largo de todo este tiempo, que Cabaiguán es la capital canaria de Cuba”.

UNA HISTORIA QUE TRASPASA LAS VITRINAS

A los escasos pasos de la puerta de entrada de la institución fotos, cerámicas, instrumentos de trabajo, lencería, trajes típicos, vírgenes… te obligan a preguntar sobre su origen y función. Cada objeto —original o reproducido— cuenta con una historia que acorta distancias entre cubanos e isleños.

“Algunos están aquí por los propios emigrados u obsequiados por diferentes visitantes que han accedido a conocer la casa. Hablo de alcaldes, viceconsejeros, representantes de la iglesia en Canarias… En cada uno de esos encuentros nos dejan estos fragmentos de huella de una tierra que está viva entre tantas anécdotas y tradiciones. Así ha crecido este museo”.

Junto a cada uno de los objetos se hacen recurrentes ambientes, olores, bebidas y comidas. Más de una acción al mes convoca a gran parte de sus cerca de 1 000 asociados y a quienes por interés personal apuestan por descubrir el mayor legado de los primeros canarios asentados en busca de conquistar fortuna, principalmente entre uno de los mejores tabacos del mundo.

“Realizamos varias actividades como el Canariguán, la Bienal de Cultura Agraria, la Cruz de Mayo, las Noches Canarias, peñas, tertulias… En ellas se funden diferentes manifestaciones y se convierten en verdaderos eventos culturales de gran convocatoria para el pueblo de Cabaiguán”.

Felicia Vilma Estepa Valdivia es una de las hijas de ese territorio que carga sobre sus hombros la responsabilidad de mantener vivo el baile y la música legados por sus antepasados. Dirige el Grupo Folclórico Danza Isleña, de Pozas, herencia desde hace casi 93 años de don José Garcés, oriundo de Tenerife.

“Aprovechamos precisamente el espacio de la casa para crecer como proyecto. Nuestra agrupación ha sido catalogada como patrimonio de la cultura canaria en América porque es el único grupo que, a pesar de los años, se ha mantenido con las mismas características e igual línea melódica. Además de seguir esa tradición por vecinos y familiares de la comunidad de Pozas”.

Como los integrantes de este grupo insignia en el país, Tania Guevara Castellanos ha encontrado su espacio en la institución. Disfruta sobremanera regalar sus saberes del arte de las agujas y el hilo.

“Mario Luis me invitó para que liderara el taller de bordado y tejido. Antes de que llegara la pandemia teníamos un grupo diverso en edades que nos reuníamos cada semana para aprender o perfeccionar diferentes tejidos como frivolité, miñardí, espuma de mar… Al regresar a la normalidad, después de tanto tiempo sin podernos ver de frente, vengo hasta aquí y recibo a quienes llegan preguntando por un punto específico. Algunas regresan la otra semana o ya tienen habilidades y las perfeccionan en sus hogares. Cuando hacemos exposiciones comprobamos el talento artesanal que tenemos en el municipio y que no ha dejado morir la tradición”.

Muchas de las remembranzas, personajes populares y homenajes que unen a los dos archipiélagos hermanos pueden también disfrutarse en un centenar de libros, hijos de la constante labor de promoción de la Casa Canaria Leonor Pérez Cabrera.

“Muchos han sido publicados en Canarias y otros aquí”, alega el autor de La aventura del tabaco: los canarios en Cuba, Valbanera: Naufragio, misterio y leyenda, La leyenda del Hombre Rojo: un bandolero canario en Cuba, entre otros.

Esther Lidia ha sido otra de las investigadoras que ha aprovechado esa potencialidad e inmortalizó en las páginas impresas ricas recetas que humedecen al más exigente de los paladares.

“En cualquier casa cabaiguanense resulta común degustar un caldo o arroz de vegetales u otro plato que nuestros canarios trajeron y que adaptaron según los ingredientes que encontraron”.

Templo cultural

La Casa Canaria de Cabaiguán ha sabido estrechar lazos con el resto de las instituciones culturales del municipio. Cobija propuestas nacidas en diferentes puntos de la ciudad o va hacia ellos a fin de expandir su fortuna.

“Ese ha sido uno de nuestros mayores aciertos a la hora de trabajar. De ahí que se encuentre la huella canaria tanto en el Museo Municipal, la Biblioteca, Casa de Cultura… La unidad ha sido fundamental para que sea inevitable no sentir la canariedad en nuestro municipio”, opina López Isla.

Una estrategia efectiva para que emigrantes, descendientes y pueblo en general continúen haciendo en recuerdo a la tierra de las siete islas.