Cuentan que las edificaciones, al igual que las personas, tienen almas y que sus paredes atesoran sentimientos capaces de desbordar la existencia misma de quienes las vistan, como si la vida toda cupiera en metros cuadrados de concreto, ladrillo y pladur.
Tal vez este sea el caso del Centro Fidel Castro Ruz, un espacio soñado por el General de Ejército Raúl Castro que devino realidad gracias a la mente inquieta de Eusebio Leal, quien decidió remodelar una antigua casona del Vedado, con una altura prudente sobre el nivel del mar, amplitud para los fines requeridos y ruta habitual de tránsito de delegaciones oficiales.
Como es sabido, el Historiador de La Habana ofreció los proyectistas, arquitectos, ingenieros, diseñadores y constructores de su Oficina para ejecutar el peso fundamental de las labores en una casa que alguna vez perteneció a Enrique Conill Rafecas, capitán de la Guerra de 1895 y ayudante del General Rafael Rodríguez en el Estado Mayor de Máximo Gómez.
La residencia, habitada por la familia Hidalgo de Conill, fue una de las sedes más importantes de la burguesía habanera y era visitada por lo más selecto de la sociedad capitalina. El edificio sobresalió en su momento por la novedosa decoración de la fachada, la cual se anticipó a los códigos formales del eclecticismo, con marcada referencia a patrones neoclásicos.
Luego, tras un arduo proceso constructivo, se rescató de las ruinas este inmueble identificado con el número 707 de la calle 11, donde se erigió una “catedral” dedicada a difundir el pensamiento, la obra y el ejemplo del Comandante en Jefe, así como acercar al pueblo cubano y a los visitantes extranjeros a la vida del Caguairán.
De acuerdo con René González Barrios, director del mencionado centro, la casona está equipada con moderna tecnología, lo cual facilita el acceso e interacción con la información.
“La edificación tiene entre sus principales funciones la promoción y extensión del pensamiento y la obra de Fidel Castro, mediante conferencias, talleres, encuentros, concursos, el desarrollo de eventos académicos, docencia y la realización de proyectos de investigación, así como la edición, coordinación y producción de obras, en distintos soportes, vinculadas al líder histórico de la Revolución cubana, además de la producción de materiales audiovisuales y multimediales que contribuyan a tales fines”.
Al decir del otrora presidente del Instituto de Historia de Cuba, el complejo dispone, en dos niveles, de la biblioteca Sierra Maestra: “En el primero de ellos se puede consultar información digital y, en el segundo, bibliografía impresa sobre temáticas relacionadas con Fidel, la Revolución cubana y su contexto histórico. Tiene un departamento de investigaciones que profundiza en el pensamiento del Comandante, además de otro dedicado a la elaboración de estudios biográficos”.
UNA PARADA OBLIGATORIA
Cuentan quienes vistan el lugar que en todo momento puede sentirse la presencia del Héroe Nacional como motor impulsor del pensamiento de Fidel. No en vano la casona luce un llamativo vitral, casi psicodélico, donde las imágenes de ambos parecieran burlarse de los siglos y del tiempo al mezclarse en un posible abrazo.
Recorre entonces el absorto visitante las nueve salas expositivas en las cuales puede conocer, a través de diferentes soportes tecnológicos e interactivos, aspectos fundamentales de la vida del Comandante y su constante batallar en defensa de la justicia y la verdad de los pueblos del mundo.
Posee también una sala de exposiciones transitorias (Cinco Palmas); un área interactiva (Birán); una sala multipropósitos (La Plata); áreas ecológicas exteriores y el anfiteatro Turquino, que acoge una variada programación cultural. Otras áreas del centro son la librería El Uvero y la imprenta El Cubano Libre.
Pocas personas conocen que el Centro Fidel Castro Ruz atesora más de 11 000 plantas de 161 especies de todo el país, distribuidas en 5 846 metros cuadrados de jardinería y césped, sobre 2 226 metros cúbicos de sustrato enriquecido, lo que incluye 11 metros cúbicos de rocas provenientes de los ríos La Plata y Carpintero, en la Sierra Maestra, y 5 metros cúbicos de piedras chinas pelonas. Posee, además, jardines verticales con 13 000 plantas de 33 especies.
Por si fuera poco, los pasillos del inmueble ocultan algunos detalles que anhelan ser descubiertos por la mirada sagaz de los visitantes. Así, encontramos techos en forma de rombo con el grado de Comandante, o paredes que se iluminan con aforismos de Fidel y Martí.
Estos espacios se complementan con las armas, mochila y prismáticos originales que usara el líder histórico de la Revolución cubana en la Sierra Maestra, una copia de sus botas; su gorra, sus grados y un uniforme de pelotero, entre otras pertenencias.
La obra se edificó con el aporte de destacados artistas y artesanos, entre ellos el escultor José Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas, quien concibió una escultura en metal a la que tituló Caguairán, colocada hoy en los jardines de la institución.
UN CENTRO CON TODOS Y PARA TODOS
Porque Fidel entendió y practicó el altruismo en la justa dimensión de la palabra, el inmueble cuenta con la colaboración de países amigos de diversas partes del mundo.
El Partido Comunista y el Gobierno de la República Popular China ofrecieron una contribución, a forma de donativo, consistente en la producción de cinco libros: Hasta Siempre Fidel, La victoria estratégica, La contraofensiva estratégica, Cien horas con Fidel y Más allá de la leyenda, de gran utilidad para la preparación del personal que allí labora.
Según González Barrios, tan solo hasta el 12 de mayo de este año se habían recibido un total de 2 646 visitantes extranjeros, provenientes de más de 70 países: “Coinciden muchos de ellos en expresar su agradecimiento a nuestro pueblo por haber creado este lugar y alegan que no solo pertenece a Cuba, pues Fidel y su legado histórico pertenecen a la humanidad”, agregó.
El Centro Fidel Castro Ruz se inauguró el 25 de noviembre del año pasado y el 8 de enero del 2022 ya comenzaba a recibir delegaciones, brigadas y visitantes españoles de todo el orbe.
“En los primeros seis meses de trabajo se recibieron visitas de alta relevancia para la nación, entre ellas el Presidente de Nicaragua Daniel Ortega y el de Bolivia, Luis Arce; el primer ministro de Belice, John Antonio Briceño; Roosevelt Skerrit, primer ministro de la Mancomunidad de Dominica, y el Presidente del Movimiento al Socialismo en Bolivia, Evo Morales.
“También Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal de la Federación de Rusia; Valery Mitskevich, vicepresidente de la Cámara de Representantes de la Asamblea Nacional de la República de Belarús; Sacha Llorenti, secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, y representantes del Cuerpo Diplomático Árabe y del Cuerpo Diplomático Africano, acreditados en La Habana”, concluyó René González Barrios.
Mas 90 años de vida intensa no caben en paredes y espacios porque la energía de los titanes difícilmente pueda ser contenida. Ni en un millar de códices ni en cientos de ordenadores electrónicos se podría; sin embargo, en el Centro Fidel Castro Ruz tienen los hombres y mujeres de buena voluntad un espacio dedicado a aprender de quien los sabios consideran entre los más grandes pensadores del siglo XX.
Magnífica obra. Quisiera saber di puedo tener acceso a las imágenes de la caravana con el féretro de Fidel, de La Habana a Santiago. Estoy trabajando una crónica en décimas de ese suceso.
Es un centro de estudio? O un museo?