China urgió este 7 de enero a Estados Unidos a levantar de inmediato y por completo sus sanciones unilaterales contra Cuba, dejar de inmiscuirse en los asuntos internos y manejar los lazos mutuos de conformidad con las normas internacionales.
Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, deploró y calificó de “diplomacia coercitiva” las medidas de castigo que en tiempos recientes Washington impuso a instituciones y funcionarios de la isla.
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas –recordó- durante 29 años consecutivos aprobó con una mayoría contundente resoluciones que exigen el fin del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba.
“Apoyamos con firmeza los esfuerzos del gobierno cubano y su pueblo en su justa lucha para defender la soberanía nacional, oponerse a la intromisión de las potencias y a explorar el camino de desarrollo acorde a sus condiciones nacionales”, añadió el portavoz.
Wang se pronunció así al comentar sobre la decisión de la Casa Blanca de aplicar restricciones de visa a ocho funcionarios de la isla antillana.
El secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken, dijo ayer que esa medida afecta a los “implicados en intentos de silenciar las voces del pueblo cubano” luego de los sucesos del 11 de julio, aunque no precisó quiénes son los sancionados.
Cuba rechazó la acción y la consideró irrelevante desde el punto de vista práctico, aunque tiene implicaciones políticas, pues forma parte de la hostilidad impulsada desde la Casa Blanca.
Un poco naif la pretención sinica.