Tiene 84 años y camina con paso lento, apoyado también por su bastón; llega al Colegio 1 de la circunscripción 48 en el Centro Histórico de Trinidad y saluda a todos cordialmente. Elugelio Antonio Basso Palacio no solo ejerció su derecho al voto, sino que además compartió sus razones por el sí.
“Todo lo que hace la Revolución es por el bien del pueblo; por eso no he dudado nunca en apoyar los procesos electorales. Y este en particular es muy hermoso porque defiende los derechos de los ancianos, de los discapacitados, de los niños y los jóvenes”, asegura.
Su nieta Paula Elisa Rodríguez Quesada es una de las pioneras que custodia la urna y con seis años vive por primera vez la experiencia. “Ven, abuelo”, le dice con mucha ternura y lo acompaña hasta que se aleja del colegio. Él la abraza y la colma de besos.
“Es mi nietecita linda que me quiere mucho y yo la adoro. Ver a los niños acompañando a los mayores es muy significativo, porque pienso que el futuro está garantizado”. Elugelio tiene todas las razones para apostar por un documento que reconoce, ante todo, los afectos.
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