Estábamos por terminar una etapa crítica de la covid; de hecho, la utopía de la nueva normalidad comenzó a concretarse y, ahora, un nuevo rebrote obliga a otra pausa y a recoger la cuerda de los excesos de confianza, que fueron muchos durante el fin de año; y en este minuto el cobro en salud es por partida doble.
El incremento de casos confirmados diarios desde finales de diciembre y el acumulado de 736 contagiados tan solo en los últimos cinco días (con cierre 13 de enero) evidencian que Sancti Spíritus empezó el 2022 con el pie izquierdo, como el resto de Cuba.
Esta tendencia —asegura el doctor Carlos Ruiz Santos, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología— obedece a la velocidad de trasmisión alcanzada por el virus en determinados municipios como Cabaiguán y Yaguajay, donde se concentra hoy el mayor porcentaje de los casos positivos; hecho que ubica a Sancti Spíritus entre las provincias con una tasa de incidencia de la enfermedad superior a 200 por 100 000 habitantes, sin olvidar que se halla entre las de más elevado índice de positividad.
A ojo de buen cubero, Ruiz Santos estima que por las características de la transmisión actual del virus en el territorio no se descarta la circulación de la variante ómicron, hasta ahora no secuenciada en estudios realizados a las muestras de PCR positivas enviadas al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), de La Habana.
La propagación de dicha cepa, de elevada transmisibilidad (por cada enfermo mal protegido hasta 70 personas pueden contagiarse), ha incidido con fuerza en el alza de infectados con el virus en Cuba, que ya sobrepasó los 3 300 confirmados en 24 horas.
Especialistas coinciden en que la ómicron aparece en un momento de malestar general por el impacto brutal de la pandemia. La población, afirman, está agotada; pero es preciso navegar a contracorriente del agobio y reforzar las medidas higiénico-sanitarias, la autorresponsabilidad y la conciencia individual y colectiva.
Y no es cantaleta; urge seguir apelando al sentido común, a la ciencia probada que hay detrás del cumplimiento de cada una de las acciones de enfrentamiento a la covid.
Precisamente, a tono con el deterioro de las condiciones epidemiológicas, el sistema de Salud Pública implementa la actualización del protocolo para el manejo preventivo de fármacos, tratamiento terapéutico e ingreso de los pacientes sospechosos y positivos a la covid.
En tal sentido, solo se ingresan en unidades asistenciales los niños menores de dos años, aquellos no inmunizados por alguna razón, enfermos en edad pediátrica con factores de riesgo, todas las embarazadas y puérperas, así como los pacientes no vacunados o que tengan algunas comorbilidades.
Hoy por hoy, Cabaiguán y Yaguajay muestran el panorama epidemiológico más complejo; justamente, el primero de estos notifica la mayor cantidad de viajeros internacionales arribados a la provincia desde finales del 2021, y no son pocos los casos que han resultado positivos al realizarles los estudios de PCR correspondientes.
Experiencias anteriores han demostrado que los viajeros que no se presentan en su área de salud, pasadas las 48 horas de su llegada, son potenciales fuentes de infección para familiares y vecinos. Que en la Atención Primaria puedan existir eslabones sueltos en la vigilancia epidemiológica de estas personas es también una gran certeza; sin embargo, se impone hacer valer el refrán: si la montaña no va a Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña.
El control de la pandemia no puede recaer solo en la vacunación; ello lo ha confirmado la realidad que, desafortunadamente, vivimos hoy, y se supone que a estas alturas cada quien sabe cómo debiera actuar. Aclaro, son suposiciones, porque la concreta dice otras verdades.
Tan es asi que de no realizarse los testeos necesarios vamos a colapsar sanitaria y economicamente.