Ante la amenaza epidemiológica que representa la viruela del mono –ya declarada por la OMS como una emergencia de salud global– el sistema nacional de Salud estableció un grupo de acciones dirigidas a prevenir y enfrentar el riesgo de propagación de esta zoonosis, que aún no notifica contagios en la Mayor de las Antillas.
Al respecto, la doctora Carilda Peña, viceministra de Salud Pública de Cuba, en su intervención en la reunión de la Comisión Permanente de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional, que sesionó recientemente en su Noveno Periodo Ordinario de Sesiones, al actualizar sobre la situación epidemiológica, repasó las principales acciones que implementa Cuba ante la enfermedad.
En primer lugar, se reforzó la vigilancia epidemiológica en los puntos de entrada al país, y se capacitó al personal de Salud para la detección oportuna de casos sospechosos.
Asimismo, se definió el flujograma de atención al enfermo con sospecha de la enfermedad, se establecieron las medidas de control de foco, y se definieron las unidades asistenciales para la atención de casos con la enfermedad.
Igualmente, se establecieron las normas de bioseguridad para pacientes, familiares y prestadores de servicios, teniendo en cuenta el nivel de contagiosidad y la forma en que se propaga esta patología.
CINCO RECOMENDACIONES DE LA OMS Y LA ONU
El 23 de julio, en una declaración publicada en su web oficial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conceptualizó el brote de viruela símica como una «emergencia de salud global», debido al aumento de casos a nivel mundial, cuando se habían reportado más de 16 000 contagios en 75 países.
La enfermedad, detalla, es causada por un virus y puede transmitirse de animales a humanos y de persona a persona.
Se encuentra comúnmente en las selvas tropicales de África Central y Occidental, donde viven animales portadores del virus, y es endémica.
Varios países donde este tipo de viruela no es endémica informaron de casos en mayo de 2022, pero solo algunos viajeros reportaron haber visitado naciones en las cuales es frecuente la enfermedad. En la actualidad no existe un vínculo claro entre los casos notificados y los viajes desde países endémicos ni ningún vínculo con animales infectados, informó la OMS.
1. DETECTAR LOS SÍNTOMAS
De acuerdo con la ONU y la OMS, los síntomas generalmente incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en la piel.
La erupción generalmente comienza en el primer o tercer día del comienzo de la fiebre. Las lesiones pueden ser planas o ligeramente elevadas, llenas de líquido transparente o amarillento, para después formar costras, secarse y caerse. El número de lesiones en una persona varía entre unas pocas y varios miles.
La erupción tiende a presentarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. También se pueden encontrar en la boca, los genitales y los ojos.
Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas, y desaparecen por sí solos, sin tratamiento.
Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la enfermedad. Entre el 3 por ciento y el 6 por ciento de los casos identificados donde la viruela del mono es endémica ha terminado en defunciones.
2. CONOCER CÓMO SE TRANSMITE
Esta afección se puede propagar a las personas cuando entran en contacto físico con un animal infectado, razón por la cual siempre hay que usar protección si se va a interactuar con ellos.
Las personas con la enfermedad son contagiosas mientras tienen síntomas. Las erupciones, los fluidos corporales (como fluidos, pus o sangre de lesiones en la piel) y las costras, son particularmente infecciosos.
Además, el virus puede transmitirse a través de objetos usados por los enfermos; y de una mujer embarazada al feto a través de la placenta, o mediante el contacto de un padre infectado con el niño durante o después del parto, a través del contacto de piel con piel.
No está claro si las personas asintomáticas pueden transmitir la enfermedad.
3. APLICAR MEDIDAS DE PROTECCIÓN
Se puede disminuir el riesgo de contagio limitando el contacto con personas que sospechen tener la dolencia o sean casos confirmados.
Si necesita tener contacto físico con alguien aquejado de esta afección, motive a la persona infectada a aislarse y cubrir cualquier lesión en la piel si puede (por ejemplo, usando ropa sobre el sarpullido).
De acuerdo con la OMS, también es recomendable reducir el número de parejas sexuales, y el uso de medidas y prácticas de protección personal, en particular durante concentraciones pequeñas o grandes.
4. CUIDAR LAS LESIONES
Los síntomas a menudo desaparecen solos sin necesidad de tratamiento, indica la ONU, sin embargo, es importante cuidar la erupción dejándola secar si es posible o, de ser necesario, cubrirla con un vendaje húmedo para proteger el área.
Resulta imprescindible evitar tocar cualquier llaga en la boca o los ojos. Se pueden usar enjuagues bucales y gotas para los ojos siempre que se eviten los productos que contienen cortisona.
5. REFORZAR LAS MEDIDAS SANITARIAS NACIONALES
Las autoridades sanitarias internacionales han recomendado a los estados que son parte de la OMS, intensificar la vigilancia de los cuadros clínicos compatibles con la viruela símica, como parte de los programas nacionales de vigilancia existentes, así como el acceso a pruebas de diagnóstico fiables, asequibles y precisas.
Se les ha pedido reforzar la capacidad de los laboratorios y la de secuenciación genómica, aislar los casos mientras dure el periodo infeccioso, llevar a cabo el rastreo de contactos, y considerar el uso selectivo de vacunas de segunda o tercera generación contra la viruela o la viruela símica; así como de vacunas para la profilaxis.
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