Según las estadísticas del Instituto de Geofísica y Astronomía, como promedio 65 cubanos fallecen cada año por el impacto de descargas eléctricas, primera causa de muerte en la isla por fenómenos naturales. Durante la temporada ciclónica —del primero de junio al 30 de noviembre— resulta más común la ocurrencia de estas tormentas, un verdadero peligro para la vida humana.
A continuación, un pequeño compendio de consejos útiles para enfrentar esta adversidad climatológica:
En el campo:
–No se debe correr, y menos con ropa mojada.
–Deshacerse de todo material metálico (bastones, palas, azadones, rastrillos, palos de golf, paraguas, herramientas, vallas metálicas) y alejarlos a más de 30 metros de distancia.
–No refugiarse bajo un árbol o elemento prominente solitario, como una roca grande o una cueva.
–Alejarse de torres de electricidad o repetidores.
–Apagar walkie-talkies y teléfonos móviles, cuyas radiaciones electromagnéticas pueden atraer a los rayos.
–Alejarse de terrenos abiertos y despejados, como praderas, cultivos y campos de golf. En estas zonas una persona sobresale bastante del terreno y puede convertirse en un pararrayos.
–Aislarse del suelo y del contacto con charcos o zonas mojadas. Salir inmediatamente y alejarse de ríos, piscinas, lagos, el mar y otras masas de agua. Cerrar también las sombrillas.
En el hogar:
–No asomarse al balcón o ventanas abiertas para observar la tormenta.
–Cerrar puertas y ventanas para evitar corrientes de aire pues estas atraen los rayos.
–Desconectar los equipos electrodomésticos y las antenas de televisión, ya que el rayo puede entrar por las conducciones de electricidad y televisión y causar daños o la destrucción de estos objetos.
–Hay que posponer los baños, las duchas y el lavado de la vajilla hasta que la tormenta haya pasado porque a través del agua existe también riesgo de electrocución.
Mayor seguridad, ¿dónde?
–La posición de seguridad más recomendada es de cuclillas, lo más agachado posible, con las manos en las rodillas, tocando el suelo solo con el calzado.
–Si notamos cosquilleo en el cuerpo, se nos eriza el cabello, o vemos brillar y echar chispas a un objeto de metal, hay que adoptar la posición de seguridad (es decir, ponerse de cuclillas) de inmediato porque la descarga de un rayo es inminente.
–Si se va en grupo, es aconsejable dispersarse unos metros y adoptar esta posición y demás precauciones de seguridad.
–El mejor sitio para refugiarse a la intemperie durante una tormenta es un vehículo cerrado. Dentro debemos apagar el motor, bajar la antena de la radio y desconectarla, cerrar las ventanillas y las entradas de aire. En caso de caída de un rayo, el vehículo se cargará solo por el exterior, mientras que el interior quedará intacto, fenómeno conocido como Jaula de Faraday.
–En casa, una buena manera de aislarse es sentarse en una silla que no sea de metal y apoyar los pies en la mesa u otra silla que tampoco sea metálica. Lo mejor es tumbarse en una cama o litera, más aún si son de madera.
Debes saber:
En el mundo se producen a diario unas 44 mil tormentas, donde el rayo es la expresión más peligrosa. No es usual que impacte sobre los seres humanos, pero cuando ocurre, suele ser mortal. Estas son algunas cifras que hablan de la necesidad de resguardarse:
–El 30 por ciento de los alcanzados por un rayo muere.
–El 74 por ciento de los supervivientes queda con discapacidades permanentes.
–El 70 por ciento de los rayos cae entre junio y agosto.
–El 92 por ciento de los rayos cae entre mayo y septiembre.
–Aunque la tormenta esté lejos, los rayos pueden impactar a más de 20 kilómetros de la distancia de su epicentro.
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