La Estrategia de Desarrollo Territorial no puede ser una camisa de fuerza ni calcarse por toda la geografía de la isla, aunque los 168 municipios ya cuenten con esta especie de “manual” para mirar con lentes de aumento las prioridades y oportunidades a escala local como un elemento indispensable en función del avance productivo, social y humano sostenible.
Lo anterior —como legítima aspiración de los cubanos— quedó refrendado en la Constitución vigente desde el 2019, la cual conceptualizó el municipio como “la sociedad local” y reconoció su autonomía. Como política de gobierno de primer orden, no escapa del análisis sistemático de la más alta dirección del país, que aboga por la participación del sector del conocimiento en la búsqueda de alternativas dirigidas a dar respuestas a problemáticas específicas para cada lugar y mejorar la calidad de vida.
Pero, si bien se avanza en la implementación de esta política, según lo consideró el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez durante el último encuentro del Consejo Nacional de Innovación, no todos los procesos se encadenan de manera armónica; y en ello influyen aspectos tan variopintos como la autonomía real del municipio, pero también la visión limitada de directores de empresas y hasta decisores en esas demarcaciones.
Cuando en julio del 2020 el Consejo de Ministros aprobó la Política para impulsar el desarrollo territorial y en abril del 2021, el Decreto No. 33 Para la gestión estratégica del desarrollo territorial como parte de un proceso hacia la descentralización, se creaban las bases legales a favor de este tipo de iniciativas; sin embargo, a juicio de Yulieski Cristo Deborah, viceintendente de la Asamblea del Poder Popular en Trinidad, en el ejercicio real del gobierno a escala local pesan las decisiones que se deben consultar a nivel provincial o central en un período de tiempo bastante prolongado, o el hecho de que algunas entidades mantienen su estatus de subordinación nacional y por ende, son casi inaccesibles. “En la práctica no se cuenta con todas las facultades ni con los recursos para una total autonomía”, admitió la funcionaria.
Sin embargo, no todas las limitaciones vienen de “arriba”; a la Estrategia de Desarrollo Local la frena también la escasa visión en el mismo ámbito territorial, lo que impide gestionar procesos e imbricar otros actores económicos en el nuevo contexto.
En el caso de los proyectos de desarrollo local —brazo derecho de esta estrategia— tampoco consiguen desarrollarse con la misma velocidad y alcance en todos los municipios por la falta de coherencia en su propia concepción, prioridades y financiamiento.
Lo enfatizaba también en la más reciente reunión del Consejo Nacional de Innovación el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, “hay que encontrarles respuestas a todos los problemas acumulados en los territorios, que las estrategias de desarrollo local se parezcan cada vez más al municipio, y esté prevista en ella la solución a los problemas principales que están afectando a la población”.
Cada propuesta constituye —y no solo en teoría— un estudio de caso. El norteño municipio de Yaguajay mostró en ese encuentro sus propias credenciales. Mas, sus fortalezas y hasta debilidades no son las mismas, por ejemplo, en La Sierpe, Cabaiguán o Trinidad. Múltiples dinámicas exigen ajustar las líneas de desarrollo a proyectos no solo agroproductivos, también deben existir en el turismo, prestaciones de servicios, manufacturas o servicios de cuidados, tan demandados en un país con una población envejecida.
Sin embargo, su despliegue en no pocos territorios cubanos se ve limitado, entre otros factores, por el poco conocimiento de las normativas y un estilo de trabajo caracterizado por la verticalidad de decisiones de ministerios, organismos y empresas nacionales. El típico “ordena y manda”, que, a criterio de Moisés Rueda Zayas, director de la Estrategia de Desarrollo Local en Trinidad, ha restringido en este y otros escenarios la implementación real de la política de gobierno.
Para ello el funcionario considera fundamental la estrategia de Comunicación que acompaña —o debe hacerlo— todos los procesos y asegura el control popular. “Constituye un mecanismo de participación y retroalimentación de valor inestable, pero que aún no se utiliza como instrumento clave”, admitió.
Ante las dificultades económicas que encara Cuba por el déficit financiero y energético, al que se suma el bloqueo que Estados Unidos mantiene contra la isla, el enfoque estratégico y las buenas prácticas en la gestión del desarrollo desde el municipio, tanto en la administración y el servicio público, como en la ciudadanía, resultan imprescindible en el contexto económico nacional.
Insisto, la Estrategia de Desarrollo Local debe aterrizar en cada territorio para definir formación de capacidades, valores y habilidades, formas de regular y maneras de organizarse. Un “traje a la medida” para cada municipio.
Importante si esta estrategia no parte del presupuesto local del municipio como fuente principal de financiamiento para este desarrollo es nadar en tierra,el presupuesto local del municipio tiene que responder a esta estrategia si no es imposible avanzar
Lo primero para lograr un desarrollo local en un territorio es conocer al detalle la dafo y dentro de esta identificar el potencial endogeno de cada municipio, mapear integralmente al municipio y articular este desarrollo en todas las esferas productivas de bienes y servicios con todos los actores económicos existentes en el municipio, hay que establecer a demás de la estrategia de dirección del desarrollo territorial,, estrategia de marketing territorial, , de comunicación institucional, social,la de identidad municipal y vincular a toda la población, que la población conozca estas herramientas, que las debata,que las enriquezca al final es el principal actor y a la vez beneficiario de este desarrollo y si la verticalidad en la dirección y en la toma de decisiones frena esta autonomía y este desarrollo local ej trinidad tiene como esfera económica principal el turismo que es vertical y de subordinación nacional pero para su desarrollo necesita del potencial integral endogeno que forme parte de su entorno, lo que hay que hacer es articular este potencial con el turismo y a la vez este encadenarse con los actores económicos y decisores del municipio y convertirse en un cliente más así como apoyar a estos actores en recursos, financiamiento, inversión extranjera con el objetivo de que estos produzcan y se conviertan en suministradores locales de bienes y servicios para sustituir importaciones y estimular la producción nacional para que se revierta en beneficio para la población del municipio. A trinidad le hace falta producir alimentos, materiales de la construcción, flores y plantas ornamentales, artículos de limpieza, brindar servicios de lavandería, planchado,servicios gastronomicos, servicios de transporte, talleres, fregado de autos,control de vectores domésticos, desinfección de locales,limpieza de locales,diseño de espacios urbanos recreativos y de descanso, spa,salones de belleza, barberias,gimnasio ,limpieza de playas, arbolado urbano,recogida de desechos,servicios de jardinería y paisajista y otros que son demandados tanto por el turismo,como por la población del municipio, trinidad es una plaza abierta para cualquier mercado,solo hay que gestionarla,articularla como un todo.
Se sacará a Sancti Spiritus de la «pobreza» respecto a otras provincias?? Una gestión más certera y ágil no vendría de forma puntual.