Dianik Álvarez Núñez tiene sueños y aspiraciones como cualquier adolescente. Mas su proyecto de vida lo quiere en Cuba, ese país que, a pesar de tantas limitaciones económicas, no deja de pensar en las nuevas generaciones.
En esta nación se siente protegida y con todas las garantías para encaminar una carrera universitaria. Por ello, desde que supo que el Código de las Familias que se lleva hoy a referendo popular le otorga disímiles derechos decidió apostar por él, pues a pesar de sus apenas16 años sabe muy bien que la sociedad cubana aboga por el respeto.
“Votar por primera vez es una gran satisfacción, una alegría inmensa, sobre todo porque sabemos que contamos como estudiantes. Además, es la oportunidad que tenemos para demostrar que los pinos nuevos apoyamos todos los beneficios de esta ley”, refiere.
Cuando ni siquiera había amanecido este 25 de septiembre, Dianik llegó al colegio electoral del consejo popular de Iguará, en Yaguajay, para participar como observadora en este proceso de vital importancia para el país. Ella, como otros tantos alumnos del Centro Mixto Felino Rodríguez, de la comunidad de Meneses, contribuirá al éxito del referendo popular.
“Lo más importante es observar que todo funcione correctamente, que los pioneros estén en las urnas…, velar porque no falle nada durante este proceso”, explica con madurez.
Y es que Dianik es capaz de defender algo en lo que cree. “No hay dudas que este código nos favorece a todos, desde los niños hasta las personas de la tercera edad. Es un sueño de vida logrado, es espíritu de bondad, de justicia, es esperanza, dice no a la discriminación, y más allá de estar hecho con las manos, está hecho con el corazón”, concluye la joven.
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