El diario The Herald Sun, de Carolina del Norte, publicó un reportaje bajo el título “Para convertirse en la doctora que quiere ser, la nativa de Raleigh estudiará medicina en Cuba”, en el que se adentró en el tema mediante la historia de la joven afroamericana Joyce Malanda.
Primera residente de ese estado en ir a estudiar Medicina en la isla caribeña, Malanda quiere ser una doctora que atienda a la gente del sureste de Raleigh (la capital), donde creció, en particular aquellos que no han recibido la medicina preventiva que necesitan para mantenerse sanos, reseña el rotativo.
Ella no será la única estadounidense allí, “a pesar de las tensas relaciones que existen desde hace tiempo entre Estados Unidos y Cuba, acentuadas por los 60 años de embargo (bloqueo) comercial (también económico y financiero)”, señala el artículo.
Más de 200 estadounidenses se graduaron en la escuela, y unos 42 están matriculados ahora, indicó al periódico Ajamu Dillahunt, que forma parte de la junta de la Fundación Interreligiosa para la Organización Comunitaria-IFCO/Pastores por la Paz.
«Eres capaz de obtener experiencias únicas», dijo Dillahunt al referirse a los jóvenes de son capaces de formarse en el centro “a través de un lente de justicia social, un lente de conciencia social”.
Recordó que la ELAM se fundó en 1999 gracias a una idea del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, y que el único compromiso de los graduados es volver a sus países de origen para ejercer la medicina en las comunidades pobres y desfavorecidas que más lo necesitan.
Malanda, quien a los nueve años de edad vio morir a su padre sin recibir la atención integral que necesitaba, asegura que su corazón está puesto en volver al sureste de Raleigh.
«Hay tanto que quiero devolver a mi comunidad», confesó la joven al advertir al diario que quiere a su gente y le encanta servir a su comunidad, incluso es del criterio que «el verdadero activismo, y el verdadero cambio, empieza dentro de tu propia comunidad».
Opina a su vez que las mujeres, en especial negras, de bajos ingresos, las que están en desventaja desde cualquier punto de vista, «tienen peores resultados en la salud materna e infantil» y ahí desea centrarse.
Por su parte, Dillahunt sabe que las actitudes de los estadounidenses en general discrepan de las políticas gubernamentales de línea dura que pretenden aislar a Cuba.
Licenciado y graduado por la N.C. Central University de Durham, Dillahunt al igual que Malanda, llaman al líder cubano “Comandante en jefe y hablan de él con admiración”, acota el reportaje.
Lamentó que, en su país, en particular los negros, no podían estudiar medicina por lo caro que resultaba por eso elogió el papel de Cuba que «ha sido durante mucho tiempo un amigo del pueblo de Estados Unidos y en especial de los afroamericanos”.
Este programa académico “es continuidad de esa relación y de un compromiso con la humanidad», concluyó.
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