El número de muertos tras el tiroteo ocurrido este martes en una escuela primaria de Texas ascendió a 14 niños y un maestro, informó el gobernador de ese estado norteamericano, Greg Abbott.
El presunto tirador podría haber tenido una pistola o un rifle y resultó fatalmente herido en la respuesta policial a sus disparos en el centro educativo Robb, ubicado en la ciudad estadounidense de Uvalde, a unas 133 kilómetros al oeste de San Antonio.
En rueda de prensa, Abbott contó que al parecer el responsable del crimen abandonó su vehículo y luego ingresó a la escuela donde mató,»horrible e incomprensiblemente, a 14 estudiantes y un maestro».
Informó que dos oficiales fueron baleados, aunque sus vidas no corren peligro, y que al parecer el sospechoso le disparó también a su propia abuela antes de dirigirse al centro de enseñanza primaria.
El autor de la masacre fue identificado como Salvador Ramos, de 18 años, según varias fuentes policiales de alto rango, indicó la cadena NBC News.
Este hecho ocurre después que este lunes el Buró Federal de Investigaciones (FBI) publicara que los incidentes de tiradores activos en 2021 aumentaron en más del 50 por ciento respecto a 2020 y casi un 97 por ciento más que en 2017.
La cantidad de personas que perdieron la vida por armas de fuego en Estados Unidos asciende en 2022 a casi 17 mil personas y los tiroteos masivos a 212, indican datos de la organización Gun Violence Archive.
Los numerosos hechos de ese tipo ocurridos en todo el país, como el que tuvo lugar en la ciudad neoyorquina de Buffalo hace 10 días, reavivaron el debate sobre las medidas de control de armas en una nación donde las muertes por esos artefactos superan a las provocadas por accidentes automovilísticos.
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