La derrota de la invasión mercenaria, de la cual se cumplen 61 años este el 19 de abril, comenzó a gestarse desde antes del propio desembarco de más de mil hombres apoyados por tanques, artillería y aviación por Playa Girón y Playa Larga, donde debían establecer un gobierno títere que justificaría la intervención directa de EE.UU.
En un clima de euforia generalizada de quienes esperaban una fácil victoria ocurrió la partida de la brigada invasora. Un jefe de la CIA arengó a las tropas, al parecer bajo la presunta idea de que al llegar a tierra tomaran un jeep, avanzaran por la carretera, sacaran la mano como quien va a doblar a la izquierda y llegaran directamente hasta La Habana.
Pero fracasaron, tal como se evidenció el 15 de abril, en su objetivo de destruir la pequeña Fuerza Aérea Revolucionaria y de los ocho aviones B-26 mercenarios con falsas insignias cubanas que partieron de Nicaragua para bombardear los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, más de la mitad resultaron alcanzados y el malogrado ataque limitó el factor sorpresa.
En el orden político y moral el artero bombardeo recibió la más dura respuesta el 16 de abril, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro declaró el carácter socialista de la Revolución en el entierro de las víctimas de la agresión a Ciudad Libertad en La Habana, en un acto improvisado cercano a la entrada del Cementerio de Colón, a menos de 10 kilómetros de la base bombardeada, lo cual unió aún más al pueblo en el rechazo de la inminente agresión.
A 24 horas de la invasión, el 17 de abril, las fuerzas revolucionarias se encontraban plenamente movilizadas para enfrentar a los mercenarios.
Durante esa madrugada, el primer grupo de milicianos que encontraron los invasores en la costa, no se les sumaron como les prometieron los organizadores del ataque, sino que respondieron con fuego y les hicieron las primeras bajas.
Ese fue solo el comienzo y dos días después la batalla final en Playa Girón resultó dirigida personalmente en el terreno por el Comandante en Jefe Fidel Castro, al frente de la columna de tanques y tropas.
Años más tarde por el desclasificado informe del asesor presidencial Arthur M. Schlesinger, se supo de su puño y letra:
“La realidad es que Fidel Castro resultó ser un enemigo mucho más formidable y estar al mando de un régimen mucho mejor organizado de lo que nadie había supuesto. Sus patrullas localizaron la invasión casi en el primer momento. Sus aviones reaccionaron con rapidez y vigor. Su policía eliminó cualquier posibilidad de rebelión detrás de las líneas. Sus soldados permanecieron leales y combatieron bravamente.”
La victoria de Playa Girón fue una suma de miles de hechos heroicos de gente común de pueblo y soldados, milicianos, trabajadores, campesinos, protagonistas de esa gran epopeya.
Entre ellos se encontraba Eduardo García Delgado, un joven maestro miliciano destacado en el aeropuerto de Ciudad Libertad, quien en la mañana del 15 de abril murió desangrado al ser alcanzado por los proyectiles de los aviones atacantes, mientras corría bajo el fuego a tomar su arma para repeler el ataque; sus últimos minutos de vida los utilizó para escribir con su sangre el nombre de Fidel, en un pedazo de una puerta que el Líder de la Revolución mostraría en su histórico discurso del 16 de abril.
Otro suceso memorable fue el del teniente Néstor López Cuba, futuro general, el cual fue uno de los primeros cubanos que manejaron los legendarios tanques soviéticos T34 y quien en su bautismo de fuego resultó herido y trasladado a un hospital de donde se escapó, a pesar de tener en su brazo alojado un proyectil, al conocer que se preparaba el asalto final a Playa Girón, adonde arribó para cumplir con la orden de Fidel de mojar las esteras de sus tanques en la costa.
El miliciano del batallón 117 Magdaleno Cobo Encinosa era inspector de ómnibus y arribó a las zonas de combate de Bahía de Cochinos con el tiempo suficiente para resistir el bombardeo de la aviación enemiga el 17 de abril de 1961 y ver cómo algunos de sus compañeros eran desmembrados por la metralla, por lo que en cada explosión se encogía todo lo que podía en el fondo de la trinchera para- según decía- si le llegaba el final fuera completo.
Sin embargo, junto a sus hermanos de armas enfrentaron la lluvia de fuegos de las M-3 calibre 45 de los paracaidistas mercenarios, a los que respondían con sus metralletas checas que tenían un alcance de apenas 50 metros.
Aquel combate protagonizado por el inspector de guagua y sus compañeros solo se podía suponer por los recuerdos que atesoraba, junto a un gran pedazo de tela de camuflaje, un cuchillo comando, un porta cargador y una mochila de un paracaídas que mostraba con cierta pesadumbre porque nunca alardeó de su desempeño en el duro oficio de soldado.
En alrededor de 66 horas fue abatida la agresión de Playa Girón por héroes y mártires que hicieron posible la victoria, con la cual Cuba demostró por primera vez que era posible vencer al imperialismo más poderoso de la historia y colmó de esperanzas a los pueblos latinoamericanos sumidos en dictaduras apoyadas por Washington.
De todos los puntos algo debe hacerse, claro. Pero faltó la eliminación del Bloqueo que tiene por más de 60 años los Estados Unidos contra Cuba, ese es el punto que casi la totalidad de los países del Mundo votan en la ONU para que sea eliminado y es lo que más precisa que se logre. Los cubanos luchamos por la Paz entre todos los pueblos y países del Mundo.