El aceite comestible sigue jíbaro en Sancti Spíritus

Desde hace varios meses las cocinas cubanas se han visto desabastecidas de aceite, un ingrediente indispensable para casi todas las recetas que conforman la tradición culinaria de la isla.

Hace alrededor de un mes, Cubadebate publicó una información que aseguraba que la Empresa Refinadora de Aceite comestible de Santiago de Cuba recuperaba los niveles productivos que le permitirían garantizar el aceite a granel para la canasta normada de las provincias orientales, y el comercializado en otros formatos en gran parte del país.

La empresa había reiniciado luego de estar paralizada durante varias semanas a causa de una avería y trabajos de mantenimiento, y constituye la única planta refinadora del país, ya que La Habana y Camagüey cuentan solo con líneas de llenado.

Según se afirmaba en el texto la materia prima no había faltado en ningún momento. Sin embargo, el aceite sigue jíbaro, y sabido es de sobra que la media libra por persona de la canasta familiar normada apenas alcanza para el sofrito de tres potajes.

Tan desaparecido está el aceite que ni siquiera se le encuentra en las tiendas en MLC, donde hace unos meses se comercializaba en formatos de 5 y hasta de 20 litros.

Y ni soñar con comprar manteca de cerdo porque, los “habilidosos” vendedores ya no la separan de la carne como hacían hasta hace poco; por lo que, en virtud de la escasa oferta y la elevadísima demanda, ahora hay que comprar la libra de carne de puerco con grasa incluida a 250 pesos. Eso es lo que cuesta en Sancti Spíritus hoy, a lo mejor mañana sube.

Pero volvamos al aceite. La rotación de ventas por la libreta de abastecimiento en las tiendas Caribe y Cimex resulta desigual, en unas venden con frecuencia productos de alta demanda y en otras de Pascuas a San Juan.

Entonces, una pregunta se cae de la mata: ¿de dónde sale el aceite que se revende tanto a granel como sellado? Hasta donde sabemos, quienes viajan fuera del país no importan aceite, así que las respuestas son pocas y están aquí adentro: sale de centros gastronómicos, panaderías, y en general, de donde se elaboren comidas para la venta a la población.

La otra fuente para el hallazgo del oro amarillo lo constituyen las tiendas virtuales. Me comentaba un colega que hace unas semanas que empezaron a poner los pomos de aceite en los conocidos combos luego de varios meses sin incluirlos. Por cierto, las ventas virtuales se han convertido en una fuente inagotable para el abastecimiento del mercado negro.

Claro que, si el producto escasea en el mercado formal, no resulta raro que ahora mismo un pomo de un litro se cotice en 700 pesos.

Esperemos que la estabilidad de la Empresa Refinadora de Aceite de Santiago de Cuba comience a sentirse en la rotación de las libretas de abastecimiento por las tiendas, porque no hay salario ni chequera de jubilado que aguante el producto ahora mismo en el mercado negro.