Con un mensaje de condolencia por las víctimas del hotel Saratoga, en La Habana, concluyó el XXIII Coloquio Voces de la República, en Sancti Spíritus.
Como sucede en cada edición, en los últimos intercambios se reflexionó sobre la recepción del pensamiento martiano entre 1902 y 1958. Volver sobre el Apóstol ha sido siempre una máxima para los organizadores de ese espacio, único de su tipo en el país.
“La recepción de la figura martiana evoluciona junto con los propios sucesos de esa etapa —alertó la Doctora en Ciencias Históricas Francisca López Civeira—. Inicialmente, encontramos la frustración por no alcanzar la libertad. Luego, qué y cómo hacer para obtenerla. El Apóstol va a formar parte de cada uno de esos momentos”.
Por su parte, el investigador trinitario Juan Lázaro Besada Toledo rememoró una de las líneas escritas por el Héroe Nacional que resume exactamente la vigencia de su legado: “Los apasionados son los primogénitos del mundo”.
“Justamente eso era José Martí, un apasionado. La misión de los cubanos de hoy es alimentar esa pasión por esta nación y luchar contra todo lo que no dignifique e irrespete a la vida humana y al derecho de cada pueblo soberano. Eso nos debe alimentar para que el Apóstol sea una lámpara emotiva, permanente y que arda todo el tiempo en el corazón de todos”.
Durante la clausura, donde se convocó a la XXIV edición del Coloquio Voces de la República a celebrarse el venidero año, la Profesora titular y emérita de la Universidad de La Habana, López Civeira, donó varios de sus libros a la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena.
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