El auditor no sustituye a la administración, pero puede apoyarla y ayudarla, tiene que estar dispuesto a darle la mano oportunamente para alertarla a tiempo, por ejemplo, ante un problema o un riesgo, pero eso no significa pasarle la mano, aseguró en Sancti Spíritus Gladys Bejerano, contralora general de la República, durante el balance de la labor desarrollada por el sistema de auditoría durante el 2021 aquí.
En el encuentro también reconoció el desempeño de los auditores espirituanos, quienes trabajaron en medio de una compleja situación epidemiológica y un adverso panorama económico con notables resultados: se concluyeron 140 acciones de control, de las cuales solo el 15 por ciento resultó evaluada de Mal o Deficiente.
Asumimos un compromiso cuando aceptamos esta responsabilidad que nos obliga a ser más ejemplares, a tener autoridad moral para valorar el trabajo de otros: la autoridad no la dan los cargos, algunas personas no ocupan cargos y son influyentes por sus conocimientos, por su actitud y su moral; todos los revolucionarios tenemos que ser influyentes en el buen sentido de la palabra porque esa es la manera de hacer Revolución, agregó.
En otro momento de su educativa intervención, la Contralora General de la República comentó que hay que combatir el delito, pero hay que combatir también a los negligentes y a los incapaces porque los pocos recursos que tiene el país tienen que gestionarse mejor cada día y si la persona no está preparada no es ni siquiera justo mantenerla en una responsabilidad, porque después se puede ver envuelta en un proceso legal.
Por otra parte, señaló la urgencia de completar el sistema de auditores en el territorio, donde faltan más de un centenar de estos, fundamentalmente en la Unidad Central de Auditoría Interna del Gobierno Provincial y en la Unidad de Auditoría Interna de la Agricultura.
La Revolución no puede permitir ni convivir con la impunidad porque la puede destruir y el ejercicio de la auditoría tiene que ser cada día más interactivo —argumentó Gladys Bejerano—, donde se trabaje no solo con los papeles, sino también con las personas, con el intercambio; para ser auditor hay que tener carácter, lograr que el proceso eduque, el auditor no es el centro del mundo, pero es un motor impulsor para todo.
El combate a las ilegalidades se está haciendo en Cuba mal hace decenas de años,porque siempre se dirige contra los receptadores y el desvío de recurso hacia el mercado negro que considero que Hacienda a más de 100000 millones de pesos lo realizan fundamentalmente los dirigentes administrativos y estos gosan de casi total impunidad.