El curso escolar 2020-2021 es agua pasada

Esta vez no fue julio, sino marzo. Y es que justo en el tercer mes del calendario de este 2022 cerró sus puertas el curso escolar 2020-2021, un período que tuvo que lidiar con los altibajos de la covid para brindarle ese empuje colosal al proceso docente-educativo.

Sin embargo, aun cuando no hubo despedidas, porque el inicio del actual período lectivo estuvo al doblar de la esquina, los estudiantes tampoco dejaron de comentar cómo salieron en sus evaluaciones —la mayoría de ellas realizadas a través de trabajos integradores y evaluaciones sistemáticas— y, mucho menos, dejaron de soñar con las metas.

No por gusto el término de un curso académico marca nuevas rutas para los educandos. Están los que, simplemente, pasan de un grado a otro; los que aspiran a cambiar de una enseñanza a otra superior, y hasta los que anhelan dejar atrás la primaria para sentirse “mayores” en la secundaria. Mas, lo cierto es que tras la conclusión de una etapa de estudios hay espacio también para volver atrás, rectificar  y asumir con todas las fuerzas la próxima arrancada.

De ahí que desde el  5 y 11 de marzo, respectivamente, cuando todos los niveles educativos cerraron las páginas de un curso escolar atípico, y de una relación intermitente con los planteles, los maestros y condiscípulos, quedaron a la zaga largos meses de confinamiento, en los cuales la casa se convirtió en aula, las familias en facilitadoras para ayudar a comprender las clases que llegaban a través de la televisión, mientras los pedagogos se valieron de diversas vías para comunicarse con sus estudiantes.

A lo largo de estos dos años de convivencia con el nuevo coronavirus, los educadores espirituanos desafiaron los riesgos de la enfermedad y recorrieron los sitios más recónditos para comprobar que las lecciones se colaran en los hogares. Se apartaron de la tiza y la pizarra para domesticar las redes sociales; reajustaron programas curriculares de antaño para abonar un curso a distancia, y hasta grabaron en audio o video las aclaraciones de dudas para que los alumnos digirieran mejor los contenidos.

Y como el virus SARS-CoV-2  puso a prueba a la mayoría de los cubanos, el sector educacional tampoco estuvo ajeno al trabajo que se realizaba en los centros de aislamiento de la provincia. Hasta allí llegaron los maestros, vestidos de verde y forrados de pies a cabeza para lavar, fregar, trasladar alimentos de primera necesidad a los pacientes y para sacarle brillo al piso. 

Inmersos en tales diligencias, vivieron la soledad del aislamiento. Se preocuparon. Temieron por sus familias. Sin embargo, después de la zozobra regresaron al sitio donde les tocaba cumplir, y desde cada aula llevaron a feliz término el curso escolar 2020-2021.

Tanto es así que Sancti Spíritus concluyó este período lectivo con favorables resultados en la promoción, y a pesar de los contratiempos con la covid, el ciento por ciento de los estudiantes que culminaron noveno grado tuvieron garantizada su continuidad de estudios.

Dicho proceso de otorgamiento de plazas mantuvo, según fuentes de la Dirección Provincial de Educación, las tendencias de los cursos precedentes al potenciar la formación de especialidades de la Enseñanza Técnica y Profesional, así como las carreras de perfil pedagógico.

Eso sin contar que el territorio aseguró la preparación intensiva de los más de 960 alumnos que se presentaron a los exámenes de ingreso a la Educación Superior. Para ello, asumieron alternativas que incluyeron desde la aplicación de evaluaciones con una frecuencia semanal para alcanzar un diagnóstico de cada estudiante, hasta la división de los escolares por niveles del conocimiento afectados, en aras de elevar el aprendizaje de quienes aspiran a llegar hasta las casas de altos estudios.

Asimismo, otros 500 educandos que culminaron el duodécimo grado alcanzaron especialidades otorgadas a través de vías como los colegios universitarios, las carreras de requisitos adicionales, de cadetes propios del Minint, de ciclo corto, y los ganadores de concursos, tanto a nivel nacional como provincial.

Y es que los docentes de la provincia saben abrir las puertas de la esperanza más allá de los muros. Desde cada escuela de la geografía espirituana promueven la formación vocacional, la cual regala frutos como el 92.87 por ciento del cumplimiento del plan de ingreso a la formación pedagógica, hecho que aliviará la cobertura docente en la provincia.

Sin dudas, el cierre del período lectivo 2020-2021 deja logros meritorios a pesar de los apremios que impuso el nuevo coronavirus; un rastro que le tocará multiplicar al recién iniciado 2021-2022, el cual tendrá la meta sagrada de que la inteligencia y la virtud sepan siempre defenderse.

Esta nueva etapa llegó a Sancti Spíritus con la garantía de un proceso de vacunación completado y con la efectividad de las medidas higiénico-sanitarias en las más de 440 instalaciones educativas que abrieron sus puertas al aprendizaje.

El nuevo curso escolar caminará al ritmo de las adecuaciones curriculares existentes desde la irrupción de la pandemia, sin perjudicar los objetivos a vencer en cada grado, y fomentando la atención personalizada a cada alumno. Al mismo tiempo enfrentará los retos mayores con una cobertura docente del 95.86 por ciento, en tanto suplirá las necesidades de maestros a través de los contratos por horas clase y el incremento de carga de los docentes.

Los pedagogos espirituanos abrazan la nueva arrancada con el compromiso de lograr que los educandos venzan los objetivos de cada grado, además de elevar su superación profesional, con el propósito de asegurar la calidad del proceso docente-educativo.

El período lectivo 2020-2021 es agua pasada. Por tanto, a pesar de la marca que ha tenido en el sector educacional el impacto de la pandemia, con la voluntad política del país, el empeño del personal docente y el apoyo esencial de las familias será posible encauzar el 2021-2022 que, desde este marzo, irradia las luces del conocimiento a las nuevas generaciones de espirituanos.