Diciembre no es bienvenido en el Hospital Pediátrico Docente Provincial José Martí Pérez de Sancti Spíritus. Este mes pasa a la historia como “temible” porque suelen aparecer, como en toda Cuba, enfermedades del aparato respiratorio asociadas a las condiciones climáticas.
Los últimos días de 2022 ponen a prueba la capacidad médica del personal encargado de la atención a pacientes de 21 días de nacidos hasta 18 años de edad. Dos enfermedades, dengue y bronquiolitis, han saturado los servicios afines y puesto en jaque la disponibilidad de camas de la sala de terapia intensiva.
El referente que representa la institución hospitalaria a nivel nacional por la sólida atención a los estadios graves y críticos, y más importante aún, por su ínfima mortalidad, ha debido reinventarse como pocas veces para sortear esta mala racha, con el agravante de las limitaciones en la tenencia de medicamentos por causas múltiples, entre ellas, el bloqueo de los Estados Unidos a Cuba.
“Este año ha sido muy difícil, debido a las carencias logísticas, fundamentalmente de antibióticos. No obstante, nosotros aplicamos los protocolos de forma integral. Cuando no ha existido el medicamento, hemos tramitado la urgencia y, por fortuna, se le ha dado respuesta nacional. De esta manera, no hemos tenido que cerrar ningún servicio por ausencia de insumos”, precisó a Escambray la doctora Darelsy Balsain Mencía, directora del pediátrico.
La propia fuente reconoce el colapso sanitario durante algunas semanas del último trimestre, ocasionado por la elevada incidencia de estas dos peligrosas enfermedades. En el otro extremo, la escasa percepción de riesgo por la población, que continúa acudiendo a las unidades asistenciales tras el desencadenamiento de síntomas como la deshidratación, en el caso del dengue, y la falta de aire, en los cuadros bronquiolíticos, complejiza el panorama para la atención de emergencia.
La bronquiolitis es una infección respiratoria aguda de contenido viral, cuya característica fundamental deviene la aparición en pocas horas de respiración rápida y sibilancias. “El mayor impacto se ha presentado en el menor de tres meses. Tratamos de valorar cada caso de forma puntual, en pases de visitas colectivos tres veces al día, puntualizó Balsain Mencía.
“Por su complejidad, debido a que comienza como un catarro común y luego se incrementan la disnea y la polipnea, hemos recurrido a la ventilación no invasiva de alto flujo, una de las novedades en el tratamiento que ha derivado en una evolución satisfactoria. Esto no ha faltado ni en los momentos más tensos”, explicó la directiva.
En el caso del dengue, el “Hospitalito”, como popularmente se le nombra a la institución, mantiene activadas camas para la atención a los casos con signos de alarma y graves. Además, tiene habilitada una sala para los casos febriles con sospecha de patologías asociadas a la arbovirosis.
Hoy circulan en el territorio los virus de dengue de serotipos 1, 2 y 3; aunque el último parte emitido por las autoridades espirituanas de Higiene y Epidemiología auguran un ligero descenso en el número de personas infectadas, como se torna típico en períodos secos o de escasas precipitaciones.
Entre tanto, la bronquiolitis aún dará guerra al equipo multidisciplinario infantil porque, hasta el mes de febrero, el clima tropical de la Mayor de las Antillas favorece la aparición de virus respiratorios.
Caos epidemiologico.
Pues lo que debería desvelar son los mosquitos (que transmiten el dengue) y que se produzca más medicina verde. Más de 60 años y no hemos sido capaces de crear un sistema de recogida de basura eficiente. No digo ya de reciclaje de botellas, latas, etc. Por suerte los mosquitos no son importados, ni los lanzan de avionetas ni nada por el estilo. Los criamos nosotros en nuestros patios y la falta de infraestructura y de iniciativa hacen el resto. Hasta cuándo?